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Malikian en estado de gracia

60 Festival de Música y Danza de Granada. El festival de los pequeños. Compañía: Ara Malikian Ensemble. Con música de: Antonio Vivaldi. Intérpretes: José Vélez, violín; Humberto Armas, viola; Dragos Balan, violonchelo; Esther Blanca, narración; Ara Malikian, violín. Dirección: Ara Malikian. Lugar: Teatro Alhambra. Fecha: miércoles, 29 de junio de 2011.

A la dramaturgia que inventa the entertainer Ara Malikian, -el virtuoso del violín, pero también el espléndido actor- en Mis primeras cuatro estaciones para introducir a los más pequeños a la música clásica, no hay más que celebrarle la sencillez precisa para ofrecer un espectáculo tan atractivo como cautivador. Todo está dispuesto para cumplir sobradamente con un objetivo, como nos cuenta él mismo en escena: que los niños no confundan o asocien la música clásica con un ser gris que toca un instrumento con cara de pescado.

Para sostener el pequeño concierto-lección -pero sobre todo el divertimento- que es el espectáculo, Malikian se acompaña de una actriz que va introduciendo y comentando los fragmentos, movimientos musicales de los conciertos de Vivaldi (el texto se basa en los sonetos que dicen él mismo escribió para ilustrarlos) al tiempo que el cuarteto de violines, viola y violonchelo interpretan los pasajes jugando. Juegan tanto con la historia, la descripción que evoca Vivaldi en la pieza como con la propia situación; los amigos-intérpretes que se divierten y bromean -entre ellos y con nosotros- contando una historia.

Uno de los grandes logros de la pieza es el dinamismo más lúdico con el que impregnan la narración. A diferencia de los conciertos tradicionales en los que los intérpretes permanecen estáticos, en Mis primeras cuatro estaciones, el Ensemble de músicos -con Malikian a la cabeza- diluyen la distancia entre las figuras preconcebidas de músico y actor.

Que Malikian es un animal escénico además de un músico excepcional ya lo pudimos comprobar hace algún tiempo en el espectáculo Pagagnini que interpretó e ideó junto a la compañía de teatro de humor Yllana. Pero es con esta pieza de creación propia, dirigida a un público más familiar, infantil, con la que Malikian nos parece especialmente en estado de gracia.

Dos violinistas cual jilgueros persiguiéndose por escena, el borracho de El Otoño interpretado por Malakian hasta llegar al sueño, los cazadores tras el ciervo o la ralentización del verano que termina con los músicos entre adormecidos y derretidos contra el suelo son algunos de los momentos más deliciosos del espectáculo.

Malikian toma la tradicional pieza de Vivaldi para iniciar a los más jóvenes en la música clásica e inventa una clase magistral que mantiene a niños y mayores con los ojos más abiertos que un pescado. Eso sí, vivaracho, divertido y feliz.

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