Arte en Granada

María Ángeles Díaz Barbado: arte científico sin resquicios

María Ángeles Díaz Barbado.

María Ángeles Díaz Barbado. / Archivo (Granada)

Se ha comentado en los últimos tiempos la gran calidad de los artistas que fueron los primeros licenciados cuando la Facultad de Bellas Artes de Granada iniciaba su deambular. Desde siempre hemos tenido la opinión de que era una auténtica factoría de buen hacer artístico donde se forjaban verdaderos creadores y no sólo futuros profesores de instituto. Se ha escrito, por activa y por pasiva, la aplastante realidad que suponía aquellos jóvenes para el contexto general del arte español. Esto hoy nadie lo puede poner en duda; sin embargo, a fuerza de exponerlo y de hacerlo constatar parece que va perdiendo vigencia cuando es de una contundencia indiscutible. Paco Pomet, Santiago Ydáñez, Jesús Zurita, Domingo Zorrilla, Paloma Gámez, Asunción Lozano, Marisa Mancilla, Andrés Monteagudo, Carlos Aires, Joaquín Peña-Toro, Simón Zábell, José Piñar, Ángeles Agrela, José Miguel Chico López, María Acuyó, Belén Mazuecos, Jacobo Castellanos, Pedro Cuadra, Antonio Montalvo, entro otros muchos, son artistas grandes de una arte español que se ha hecho muy grande con ellos y que traspasa las fronteras para dar trascendencia creativa a una realidad artística que no tiene vuelta de hoja. Fueron artistas que empezaron una época que es ilustre. Ellos abrieron el camino a promociones posteriores de igual solvencia.

Marí Ángeles Díaz Barbado era joven en aquel grupo iniciático y es, ahora, una artista que ha roto en grande, muy grande. Una artista que se tiene en cuenta en lo mejor del arte español y que la vemos en importantes exposiciones, en el CAC Málaga, en la Fundación Rodríguez Acosta, en el Palacio de la Madraza, en los Condes de Gabia, en la galería Isabel Hurley, uno de sus espacios naturales, entre los mejores en el CAAC -en Devenir Pintura aquella muestra trascendental que nos dejó lo mejor que atesora la colección del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo-; en exposiciones colectivas de mucha importancia, en la Tabacalera de Madrid, el Museo Picasso de Málaga, la Fundación Giorgio Cini de Venecia, en la galería Luis Adelantado de Valencia, por citar sólo algunas. También es artista con obras en colecciones de importancia capital donde lo nuevo sensato y sereno del arte anida con seguridad. En estos últimos meses está presentando su obra en el C3A de Córdoba; la muy buena 'sucursal' del CAAC en la capital cordobesa. Lo hace con una comparecencia bien comisariada con el conocimiento y buen hacer curatorial de Francisco Jarauta, el catedrático de Filosofía de la Universidad de Murcia, comisario y crítico de arte.

La artista ante una selección de sus obras. La artista ante una selección de sus obras.

La artista ante una selección de sus obras. / R. G. (Granada)

La obra

En este espacio artístico del arte más nuevo, como en otros de igual o parecida intención artística, nos encontramos, quizás con demasiada frecuencia, escenas encriptadas en lo imposible, propuestas ininteligibles que se escapan de toda comprensión y que intelectualizan un arte que no sólo no necesita tanto oscurantismo sino que lo aleja de una realidad que debe tener más inmediatez y menos complejidades. Porque no es de recibo ni, creo, considero que le haga falta a la producción artística asuntos que no llegan a casi nadie y sólo producen deserciones en una mayoría o permanece ajena a tales consideraciones de cerrazón y poca visión artística. El exagerado y excesivo intelectualismo, la idea como base productiva sin decantación formal alguna, se escapa por su dimensión conceptualizante y poco atractiva para la inmensidad de las miradas.

Por eso, una pregunta surge ante tanta incertidumbre, ¿sirve para algo este arte incomprensible para la mayoría? Muy fácil y compleja su respuesta; sobre todo cuando no existe una formación adecuada ni se ponen los medios adecuados para acercar a la gente a lo contemporáneo –ni a casi nada-. Lo mejor de María Ángeles Díaz Barbado es que su trabajo, tan contundentemente nuevo, tan de actualidad y con tanta carga conceptual, se ofrece con un especial sentido plástico, con una aplastante dimensión formal. Su idea, de poderosa magnitud, tiene una correlación plástica. En su obra encontramos sustancia conceptual y planteamiento artístico. Dos momentos perfectamente diferenciados se presenta en este edificio a orillas del Guadalquivir cordobés. Por un lado, una especie de tratado de entomología con una serie de dibujos que nos sitúan ante una especia de aquellas galerías de antiguas imágenes donde se realizaban una clasificación científica de seres vivos, asunto este que hemos contemplado en alguna otra ocasión en la autora y que nos coloca ante una artista buscadora de realidades con fuerte carga conceptual.ç

Una de las obras de Díaz Barbado que componen la muestra. Una de las obras de Díaz Barbado que componen la muestra.

Una de las obras de Díaz Barbado que componen la muestra. / R. G. (Granada)

Además, sus dibujos, de poderosa manifestación técnica nos descubre a esa artista de fuerte personalidad y capacidad plástica cuyo oficio, bien consolidado, le permite afrontar cualquier situación; en este caso un sistema representativo donde el dibujo de los seres vivos, su galería de insectos, manifiesta un ejercicio de filosofía científica perfectamente definida desde una realidad dibujística sin resquicios para la duda. Por otro lado, la artista granadina -ahora, también Profesora Titular en la Facultad de Bellas Artes de Málaga- ofrece, en la fachada del edificio, una animación 3D en loop, de nueve minutos de duración, que envuelve de misterio la realidad científica que pretende, posibilitando, con enigmáticos juegos de presencias y ausencias, una especie de metamorfosis donde todo queda supeditado a un proceso que parece transformar la propia realidad representada.

Mari Ángeles Díaz Barbado es una artista de hoy, dominadora del concepto pero con un trasfondo de sabiduría plástica y formal que nos sitúa ante una creadora en la que la permanencia del sentido artístico tradicional no queda impunemente transgredido ni sometido a un único sistema conceptual; ilógico por oscuro e impenetrable. Lo cual, se agradece en este universo de complejas opacidades.

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