Artes plásticas

Marisa Mancilla, retazos de ella misma

  • La artista expone en el espacio V.E.S.ARTE una delicada selección de trabajos sobre la naturaleza titulada 'Maleza'

Marisa Mancilla, retazos de ella misma

Marisa Mancilla, retazos de ella misma

El nombre de Marisa Mancilla está ligado, desde hace bastante tiempo, a dos posiciones artísticas tremendamente fundamentales: la Facultad de Bellas Artes y su personalísimo trabajo como artista en ejercicio. A los dos pone el máximo entusiasmo y en los dos ejerce con todos los planteamientos de sabia y poderosa dedicación. Como profesora es una auténtica activista, aportando clarividencia a una tarea docente que debe poseer el más alto espíritu motivador. Ella, además, tiene mucho que ver con los afortunadísimos trabajos que se realizan en la Facultad en torno a la creación artística, siendo una de las mayores impulsoras de FACBA, el Festival de Arte Contemporáneo que centra la dinámica de unos proyectos expositivos llenos de trascendencia artística y suma dimensión para dar a conocer algunos de los criterios definidores de la plástica contemporánea.

La artista

Marisa Mancilla es una artista bien consolidada en el amplio espectro creativo existente en Granada. Como artista ha pasado por muchas etapas, siempre con una contundente visión de lo nuevo, no sospechosa de ser un mero ejercicio intelectual sino una considerable manifestación ejercida desde el conocimiento, el ámbito técnico, las buenas formulaciones plásticas y el sabio desarrollo de una técnica bien posicionada para, desde ella, acceder a las más abiertas expresiones.

Dos de las piezas que pueden verse Dos de las piezas que pueden verse

Dos de las piezas que pueden verse / R. G. (Granada)

Llevo tiempo estando en la cercanía de Marisa Mancilla. La conocí cuando fue ganadora del Premio de la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz, curiosamente, con una pieza que podríamos considerar un adelanto en la estética de lo que, en estos momentos, es su centro creativo. Desde entonces he estado al tanto de todas sus amplias experiencias, tanto docentes como en la práctica. Su obra es un claro exponente de la fortaleza creativa existente en Granada y que, una parte importante proviene del juego que se da en la Facultad donde, desde el comienzo, se ha tenido la buena consideración de ser una institución motivadora y formadora de artistas más que de factoría de títulos de futuros profesores de instituto. Marisa Mancilla fue, primero alumna, de las afortunadas primeras promociones, aquellas que tanto lustre aportaron a la creación artística española desde el considerable número de artistas que de ella salieron y que, hoy, son la mejor base del arte español actual. Más tarde fue Profesora; incluso ha estado en la gestión directiva, formando parte de un Claustro ilustre, sabedor de lo que debía ser una verdadera Facultad de Bellas Artes. Y, junto a la docencia, ha sido artista importante; autora con muchas inquietudes y con muchas buenas argumentaciones. Es artista sensata, lúcida y rigurosa. No renuncia a los planteamientos eternos de la gran pintura, adoptando y adaptando lo clásico como expresión máxima de modernidad. Ya lo dijo el gran Juan Ramón Jiménez: “Actual; es decir, clásico; es decir, eterno”.

Una de las piezas que pueden verse de la artista. Una de las piezas que pueden verse de la artista.

Una de las piezas que pueden verse de la artista. / R. G. (Granada)

La muestra

La exposición en el espacio V.E.S.ARTE, calle Párraga, 8, nos conduce por los últimos trabajos de Marisa Mancilla; trabajos que son el resultado de un ambicioso proyecto donde se conjugan varias disciplinas, la biología, la taxonomía vegetal y distintos planteamientos artísticos de naturaleza científica. En ellos se nota esa claridad de miras que se observa en la producción de esta artista. Toda su obra es de una gran sutileza; sabe hacer de lo mínimo todo un máximo; dota a lo íntimo suma trascendencia. Por eso, sus obras expuestas son un canto a los más íntimo, a aquello que surge espontáneo a nuestro alrededor, a esas flores minúsculas que se asoman silentes al entorno –lavanda, romero, galán, tilo, cola de caballo, jazmín…- y que descubren la realidad natural de un ambiente cercano lleno de sutilezas y verdades. En la obra de Marisa nos encontramos con la fortaleza de un dibujo poderoso que magnifica la unidad compositiva del conjunto y abre las perspectivas para que la acuarela descubra una sutil realidad sabiamente coloreada.

La muestra titulada Maleza nos pone en la sintonía de una pintura muy bien construida que abre, además, las amplias perspectivas del conocimiento, del acercamiento directo a una naturaleza cercana, a una entrañable flora que es consustancial con el entorno. Además, nos presenta dos piezas de María Moreno; dos fanales intervenidos, del siglo XIX, que contienen flores y plantas de esa fauna granadina que forma parte de nuestra existencia más inmediata.

De nuevo el espectador tiene oportunidad de enfrentarse al convincente trabajo de una artista en plena conciencia creativa; una artista que, como dije en su momento: realiza una obra que son retazos de ella misma.

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