Arco, músico y escritor

“Mirar atrás me ha hecho reconciliarme con el niño que fui”

  • Arco desgrana en un libro su vida a través de 40 canciones, un repaso que abarca su infancia, su etapa en El puchero del Hortelano y su faceta más íntima

“Mirar atrás me ha hecho reconciliarme con el niño que fui”

“Mirar atrás me ha hecho reconciliarme con el niño que fui”

Antonio Arco, conocido simplemente Arco, decidió en 2015 emprender una carrera en solitario y dejar atrás la seguridad de una banda como El Puchero del Hortelano, su casa durante más de quince años. Después de otro lustro como artista en solitario, el lojeño vuelve a sorprender ahora con otro cambio de registro, ahora como escritor: Antonio Arco. Cuarenta años, cuarenta canciones. La obra, que verá la luz a principios del próximo año en la editorial Altafonte, es un libro que aparecerá junto a dos CD y en el que habla sobre música pero también sobre la vida y la muerte; su infancia y su profesión; el nacimiento y el final de El Puchero; pérdidas familiares, sus hijos, sus giras, el amor y, por supuesto, las canciones. Un libro para seguidores del cantante pero también aficionados a la música y las historias actuales.

–Empezó a escribir este libro cuando llevaba 17 días confinado. ¿Cree que lo hubiese escrito sin esta situación de pandemia?

–Sí. Hubiese tardado más tiempo en hacerlo posible, en arrancar, pero antes o después, habría escrito lo que tenía que contar. Era una idea que me rondaba la cabeza hacía ya algunos años.

–¿Por qué ha empezado a escribir, o al menos a publicar, a partir de los 40?

–Por necesidad, por querer comunicar, sacar fuera y compartir las reflexiones y vivencias que llevo dentro. Son los mismos motivos que me llevan a escribir canciones. Respecto a la edad, en el libro cuento como mi madre encuadernaba mis escritos cuando apenas era un niño, supongo que siempre he sentido esa necesidad.

"Alguna vez he dudado sobre dedicarme a la música, pero rápidamente he vuelto a verlo claro”

–¿Ha llegado el momento de hacer balance?

–Cualquier momento es bueno para hacerlo, no como un ajuste de cuentas sino como un repaso a esos momentos más significativos de tu vida, como una historia, un cuento real, tú historia...

–Más de ciento cincuenta canciones, once discos grabados, giras por Europa, Latinoamérica, EEUU y Canadá, y la música afirma que “sigue siendo su pasión y su forma de vida”. ¿Se ha arrepentido alguna vez de dedicarse a la música?

–Alguna vez he dudado, pero han sido momentos muy efímeros y rápidamente he vuelto a ver claro que no puedo resistirme a esta tarea, por más que en ocasiones pueda parecer acaparadora. Además de mi necesidad, siento que las canciones que hago forman parte de muchas vidas y personas, y esa fortuna es un auténtico regalo que llega sobrevenido, y que agradezco enormemente también.

–Comienza con un sueño recurrente de pequeño en el que salía a un escenario y no cantaba. ¿Está de acuerdo con eso de que “la patria de un hombre es su infancia?

–Es la etapa más importante de nuestra vida, cuando se forja buena parte de nuestra personalidad y carácter, más allá de lo que ya traemos implícito en nuestros genes. Escribiendo acerca de esos años he sido consciente de cuanto han influido algunos hechos, que ocurrieron cuando era un crío, en la persona que soy en la actualidad. Mirar atrás me ha hecho reconciliarme aún más con el niño que fui, admirarlo y entenderlo, a la par que entender también muchos de mis actos y actitudes, esos que tienen su semilla en aquellas primeras veces.

–¿Cuáles cree que son los sucesos que más le han marcado en su vida?

–Mi paternidad y la pérdida de buena parte de mi familia en apenas tres meses.

–¿Y en su faceta como músico?

–Mis años de universitario, momento en que creamos El Puchero, y mis visitas a Latinoamérica.

–Como escritor, ¿cuáles son sus referentes?

–No considero que tenga referentes claros o determinantes en ese sentido. He leído mucho y muy variado a lo largo de mi vida. De niño leía todo lo que caía en mis manos, ahorraba para comparar libros y me enamoré de todos los clásicos. En la adolescencia me enganché a la novela de suspense, devorándome la obra de Stephen King prácticamente al completo. En la última década han ocupado mi librería autores como García Márquez, Benedetti, Saramago, Tolle o Krishnamurti.

–Es muy frecuente lo de los músicos que escriben libros con episodios de su vida: Calamaro, Patti Smith, Ramone, Miguel Ríos, Tote King... ¿Podría considerarse casi un género literario más? ¿Por qué cree que ocurre esto?

–Para escribir una biografía tienes que tener buenas historias que contar, y quizás la vida de los músicos suele estar llena de ellas. Imagino que además, las personas que te conocen por tus canciones pueden tener interés en descubrir los momentos vitales que las inspiraron, como es el caso de 40 años, 40 canciones. Personalmente he leído bastantes biografías de músicos a los que admiro y en la mayoría de ocasiones, los he sentido más familiares, como si tuviese una relación más cercana, aún sin conocerlos personalmente.

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