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La Noche Sabinera: Todo por Sabina pero sin Sabina

  • Pancho Varona y Antonio García de Diego, los músicos de cabecera del cantautor, invitan a los fans a subirse al escenario a cantar

La sombra de Joaquín Sabina es más que alargada, es larga y ancha y cubre una gran parte del mapa de los cantautores españoles para los que es una especie de profeta. Y desde hace nueve años no solo cubre a sus colegas de profesión sino también a una parte de la afición, la más atrevida, esa dispuesta a vivir el sueño de sentirse en los zapatos de Sabina acompañada por la misma banda que el maestro. Lo explicamos. Ocurrió hace casi diez años, una noche de 2006 en Barcelona, cuando a Pancho Varona, mano derecha de Sabina y coautor de una gran parte de su repertorio, le proponen desde Les Nits de L'Art que vaya toda la banda a tocar a un pequeño club de la ciudad. Al día siguiente tenía programado el propio Sabina un concierto en el Palau Sant Jordi, pero esa misma noche, se unen al combo dirigido por Varona varios artistas barceloneses. Poco más tarde se repite la experiencia en Madrid y es entonces cuando deciden que se podría invitar al público a cantar con ellos sus temas favoritos de Joaquín. Había nacido La Noche Sabinera y desde entonces cuentan que han sido más de 200 noches repartidas por España y Latinoamérica en las que calculan que pueden haber llegado a ser más de dos mil las personas que han logrado sentirse Sabina por un día junto a su banda de acompañamiento.

Hoy llega La Noche Sabinera a la sala Planta Baja de Granada con su ideólogo, Pancho Varona, y otro de los puntales de la banda y también autor de una gran parte del material sabinero, Antonio García de Diego. A ellos se une también otra asidua voz en los conciertos de Sabina, la de Mar Barros. Todo un lujo para los muchos fans que el de Úbeda tiene en Granada.

La Noche Sabinera se compone habitualmente de dos partes, como Sevilla para Pata Negra. La primera es más convencional y son los músicos del grupo los que interpretan los temas más representativos de su jefe; la segunda es cuando el público que se ha inscrito esa misma noche en la sala donde actúan, sube al escenario a convertirse en Sabina por un día.

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