París recuerda a Braque medio siglo después de su muerte

El Grand Palais inaugura este mes una amplia retrospectiva dedicada al pionero del cubismo

El artista Georges Braque, en su estudio.
Efe París

15 de septiembre 2013 - 05:00

El pintor francés Georges Braque, precursor del cubismo y primer artista vivo que creó una obra para el Louvre, Les Oiseaux (1953), murió un 31 de agosto, hace medio siglo, tras haber atravesado dos Guerras Mundiales y una profunda amistad con Picasso que, en cierta forma, eclipsó su talento. Braque compartió época, barrio, compañeros de siglo y sueños artísticos, fuentes de inspiración y galeristas con su celebérrimo amigo malagueño, y también la utopía de un nuevo arte. Con ella intentaron "cambiar el mundo" trabajando juntos "uno al lado del otro", a veces las mismas obras sin querer firmarlas, comentó en una entrevista la conservadora Brigitte Leal, comisaria de una retrospectiva que desde mediados de septiembre iluminará el Grand Palais hasta el 6 de enero próximo.

"No querían firmar en defensa de un ideal, de un arte colectivo y anónimo, que correspondía con su utopía de cambiar el mundo", luego vino la guerra y siguieron viéndose, por supuesto, pero la historia fue un poco diferente, añadió Leal. Todavía hoy resulta difícil, sino imposible, hablar de Braque sin nombrar -y muy a menudo- a Picasso, pero no fue aquella poderosa amistad la única razón de que la obra del infinitamente más discreto y silencioso pintor nacido en Argenteuil-sur-Seine, en 1882, ha pasado a la historia de manera también más discreta y silenciosa.

"La culpa es de Picasso", pero no solo, subrayó la también directora adjunta del Museo de Arte Moderno - Centro Pompidou. "Siempre les compararon, y Picasso tenía unas dimensiones un poco aplastantes", además de ser tan extrovertido y tan comunicativo que el mucho más reservado Braque resultaba menos visible, como su obra, "menos directa" y "más sutil", explicó. Sin contar con que se ha expuesto mucho menos la creación de Braque y que desde hace años hay una notable ausencia de grandes muestras sobre él, en particular en París, añadió.

Picasso, que iba construyendo su obra a partir de su propia biografía, era además el único capaz de hacer un cuadro como el Guernica, en el que se afronta la historia, mientras que -subrayó Leal- la obra de Braque era "de orden simbólico" y no consta ningún retrato, ni ningún autorretrato suyo. Salvo si se consideran como tal sus representaciones del taller donde trabajaba, sus naturalezas muertas o sus paisajes, donde aunque muy "disfrazado", cierto, "se adivina al hombre".

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