Primer aniversario del Museo

Más personal y financiación, demandas del Arqueológico un año después de su reapertura

  • El espacio de la casa de Castril recibe en el primer trimestre del año casi 25.000 visitas pero mantiene “deficiencias estructurales”, según reconoce su director, Isidro Toro

Fachada del Arqueológico, en la casa de Castril.

Fachada del Arqueológico, en la casa de Castril. / Carlos Gil

La reapertura el pasado 17 de mayo de 2018 del Museo Arqueológico de Granada supuso cerrar uno de los capítulos más llamativos de la vida cultural de la provincia, que vio pasar ocho largos años con las puertas del palacete de Castril cerradas a cal y canto. El espacio de la casa de Castril permanece activo desde entonces, hace ahora un año, con parte de su colección a la vista pero con una actividad lastrada por la falta de presupuestos y de personal, tal y como asegura su director, Isidro Toro.

De enero a marzo, el museo de la Carrera del Darro sumó 24.934 visitas

El recinto se ha aupado al primer puesto a nivel andaluz entre los arqueológicos en cuanto al número de visitantes. En el primer trimestre del 2019 sumó 24.934 visitas, según los datos publicados recientemente por la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico.Por detrás de los números de Granada, el Arqueológico de Córdoba, con 17.636; el de Úbeda, con 10.974; y el de Sevilla, con 19.786 usuarios entre enero y marzo. Estos números, que reafirman los ya conocidos del pasado año, no han ido acompañado de un debate sobre el futuro del espacio de la Carrera del Darro. La situación real, recalca el director del Arqueológico de Granada, Isidro Toro, es que “no hay presupuesto” ni de la Junta de Andalucía ni del Ministerio de Cultura, las dos instituciones que participan, como gestor y titular, respectivamente, en el Museo. Los sucesivos comicios electorales y la dificultad para sacar adelante las cuentas tanto en Madrid como en Sevilla han hecho que el Museo tenga las cuentas prorrogadas, como ocurre con el resto de centros dependientes de las administraciones públicas.

El hecho de que no haya cuentas, ni a nivel regional ni en el estatal, hace que para Toro los planes de futuro del centro que dirige estén en el aire y no tengan respuesta algunas de las reclamaciones que se plantearon desde el momento mismo de la reapertura, e incluso antes. “Tenemos deficiencias estructurales”, reconoce Toro, que insiste en que lo prioritario es contar con una dotación presupuestaria que permita contar con una plantilla adecuada. En la actualidad, son trece las personas que trabajan para dar a conocer las colecciones que, de forma parcial, se pueden visitar en el palacete. Para el director, sería necesario “tres veces más” para tener una “plantilla completa”. Para afianzar esta necesidad, Toro se remite a los números de la muestra con la que el Arqueológico abrió las puertas. La exposición Tesoros del Museo Arqueológico y Etnológico de Granada contó con 105.096 visitantes. “Es una cifra muy respetable, que debe obligarnos a reflexionar”.

La cuestión es especialmente sensible en cuanto a la seguridad. También son necesarios conservadores, conservadores ayudantes, personal en el acceso y vigilantes de sala, enumera Toro, que reconoce que en estos últimos doce meses –desde la reapertura parcial del centro– “no se han vuelto a sentar” los responsables del Arqueológico “ni se ha reabierto el debate” sobre las necesidades que tiene la ciudad. “Ese déficit –en cuanto a personal– hace difícil dar un servicio de calidad a los visitantes”. También hace mella en la actividad del centro. “No estamos haciendo visitas guiadas”, reconoce Toro, que recuerda la aceptación que tuvieron convocatorias como las visitas del último trimestre del año pasado o los talleres como motivo de las fiestas navideñas. Estas acciones se han limitado a cuestiones puntuales, como las recientes celebraciones del Día de los Museos o la Noche en Blanco.

Toro añade que es necesario reflexionar sobre “qué se va a hacer”, si Granada necesita un nuevo museo arqueológico –con un espacio amplio–, ampliar el que ya hay o afrontar la necesidad de “un plan de choque importante”. “Hay que volver a sentarse”, apostilla el responsable del Museo, convencido de la necesidad de una “buena dotación” para afrontar las necesidades del centro y de abordar “primero” un plan museológico que abarque las necesidades, las posibilidades de Granada y se enhebre en la apuesta de la ciudad para ser Capital Cultural Europea en el 2031.

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