Pinturas para Julia

Julia es una niña pizpireta, inquieta. Por eso sorprende verla retratada en la quietud de un cuadro, donde parece que de un momento a otro va a salir para tirarle de la manga a su padre. La hija de Juan Vida es la protagonista de Cuentos chinos, la exposición que el pintor granadino inauguró ayer en la Biblioteca de Andalucía de Granada. La colección surgió con el proceso de adopción de la niña en China, que coincidió con el cierre de la galería con la que Juan Vida había trabajado los últimos 18 años. "Me vi de pronto como un un prejubilado de la pintura profesional", dice el artista. Así que dejó de pintar por oficio y comenzó a pintar su biografía, en la que aparecía ya una niña de ojos almendrados. "Cuando vino la niña aparecía en casi todos mis cuadros y comencé a pintar de una manera más relajada, menos solemne".

Al tiempo, inició en un blog la recapitulación de sus reflexiones sobre la idea de trascender en otra persona. "Me di cuenta de que lo que escribía era como un adjetivo de lo que estaba pintando y de esta manera surgió Un cuento chino, donde se narra con textos y cuadros los sentimientos de la paternidad", continúa el pintor y padre orgullosísimo. La última aportación viene de los numerosos padrinos de Julia y a su vez amigos de Juan Vida, que le han dedicado una serie de poemas y reseñas que quedan recogidas en el catálogo de la exposición. El libro de Julia cuenta con las firmas de Andrea Villarrubia, Alejandro V. García, Ángeles Mora, Antonio Jiménez Millán, Felipe Benítez Reyes, Pere Rovira, Luis García Montero,Álvaro Salvador, Pepa Merlo, María Ángeles Carrasco y José Carlos Rosales. Casi como el tradicional libro de la comunión en el que los familiares expresan sus mejores deseos para el niño. "Si yo fuera un pintor visionario/ y me llamara Juan/ Vida y fuera tu padre,/ estaría radiante como el Rey Mago/ que te trajo de Oriente/ para enseñarte cuanto sabe.", escribe Ángeles Mora en Otras palabras para Julia.

El acto de inauguración contó con la presencia de numerosos amigos y de la delegada de la Junta, María José Sánchez, el delegado de Cultura, Pedro Benzal; y el director de la Biblioteca de Andalucía, Javier Álvarez. También asistió Miguel Ríos, que comparó la paternidad de Juan Vida con la de John Lennon. El beatle decía que era hijo de una botella de whisky y un sábado por la noche, "pero esto es todo lo contrario, es la persecución de una paternidad muy bien entendida y muy bien atendida porque Juan y María José es una gente increíble". Para el rockero, Julia "es una niña muy cercana que ha conseguido motivar a Juan para seguir pintando". "Yo he seguido fielmente su trayectoria y es una persona que tiene que pintar de lo cercano, y tener la suerte de ver crecer a esta joyita le está recolocando en el mundo de la creación, le está dando sentido a su obra", prosigue Miguel Ríos, que recientemente se sentó en primera fila en la presentación del libro de Luis García Montero y que ayer 'apadrinó' la exposición de otro miembro de su camarilla de amigos. "Se trata de saludar y celebrar que los seres queridos siguen gozando de una bis creativa bastante importante", dice. En cuanto a los cuentos chinos de Juan Vida, ha sido testigo del proceso de creación en sus frecuentes visitas a la casa del pintor. "Una de las cosas más poéticas que se pueden ver es el taller de un artista, cuando empieza a dar la vuelta a los cuadros para que los veas es como el ilusionista que saca conejos de la chistera, porque siempre tiene los cuadros en los que no está trabajando de espaldas a la pared", prosigue Miguel Ríos, propietario a su vez de algunas obras de Juan Vida. "Él dice que la pintura ya no tiene influencia en la sociedad, que existen otro tipo de artes más inmediatos, pero yo digo que la satisfacción de ver un cuadro suyo es incomparable". En definitiva, Un cuento chino repleto de verdad.