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Popurrí interatlántico

  • José Manuel Zapata interpretó una selección de éxitos de España y Latinoamérica en los Arrayanes.

Los conciertos de recopilatorios y versiones parecen estar siendo un continuum en el Festival de este año. Anoche fue el turno del popurrí del tenor granadino José Manuel Zapata, que junto a un trío formado por piano, guitarra y violonchelo (un conjunto tan inusual como la elección del repertorio), cantó diversos temas procedentes de España, Argentina y Brasil, tanto del ámbito de la música culta como grandes hits populares del tango o la canción melódica sudamericana.

El recital comenzó con tres de las Siete Canciones Populares de Manuel de Falla, las mismas que Ainhoa Arteta interpretó al completo hace una semana en el Carlos V con motivo de su centenario. En este caso, los arreglos para trío con la firma de Juan Francisco Padilla, guitarrista del conjunto, otorgaron como resultado una versión poco ortodoxa, en la que el chelo recogía la melodía principal a modo de introducción o interludio. Tras una interpretación instrumental de la primera danza de La Vida Breve de Falla, con una guitarra virtuosa, aunque algo desbocada de volumen, la tristísima canción Adela de Joaquín Rodrigo conmovió con la historia de desamor de esta muchacha a todos los espectadores que rodeaban la alberca del Patio de los Arrayanes. Sin cambiar de afecto y continuando en una línea melancólica y nostálgica, pero realizando un salto temporal y geográfico, la canción española se marchó para dejar paso a la Argentina. Dos poemas (uno de Alberti y otro de Francisco Silva) con música de Carlos Guastavino terminaron de rematar el momento más poético de la velada. Momento interrumpido por el alegre y picarón Riqui-Riqui, canción española melismática y cómica de 1830, que cerró la primera parte al son de "tu me haces riqui riqui, yo te hago riqui raca. Ay lerita, que toma que toma. Ay lerita, que daca que daca ". Se ve que al público se le hizo corto, pues no parecían querer levantarse para el descanso.

La segunda tanda del popurrí comenzó dedicada a Brasil, con la instrumental Bebê. Los músicos del conjunto (Daniel Oyarzábal al piano, Juan Francisco Padilla a la guitarra, y Dragos Balan en el violonchelo), interpretaron con exquisitez y elegancia esta bella composición de Hermeto Pascoal. Canciones en portugués como A casinha pequenina, Azulão o Boi-Bumbá continuaron transportando al público al otro lado del océano a través de la siempre melancólica canción sudamericana y sus géneros populares como la modinha. Para cerrar el recital, la música de factura argentina volvió a la carga con una selección de sus 'Cuarenta principales'. Archiconocidos títulos como la Canción de las simples cosas de Chavela Vargas, el tango Garganta con Arena (ya escuchado también en este Festival en la voz de Marina Heredia), el Libertango de Piazzolla o Volver de Carlos Gardel arrancaron aplausos de un público que parece no cansarse nunca de escuchar lo ya conocido por enésima vez. Tras el acostumbrado bis, Zapata se retiró satisfecho de este concierto atemporal, intergeográfico y nada convencional, marcado por la moda en el Festival 2014 a la hora de programar el repertorio: el método del cajón de sastre.

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