El Prado muestra sus miniaturas
La exposición muestra 39 piezas elaboradas con esta delicada técnica, empleada por los artistas de las cortes europeas antes de la aparición de la fotografía
El Museo del Prado saca a la luz por primera vez sus miniaturas en una exposición en la que se pueden contemplar 39 piezas elaboradas con esta delicada técnica, empleada por los artistas de las cortes europeas antes de la aparición de la fotografía. Las miniaturas en el Museo del Prado, que puede visitarse desde hoy, ha sido organizada con motivo de la publicación del catálogo razonado de esta colección, una de las más ocultas del Prado, destacó ayer el director adjunto del Prado, Gabriele Finaldi, en la presentación de la muestra.
La autora del catálogo, la especialista Carmen Espinosa, ha registrado las 164 miniaturas y los 16 retratos que forman esta colección que empezó a crearse en 1877 con la adscripción de dos piezas adquiridas por el Estado diez años antes y que continuó creciendo con posteriores donaciones.
La técnica pictórica de la miniatura surgió en el siglo XVI en Inglaterra y Francia, escuelas representadas en esta muestra junto con la austríaca, la italiana, la alemana y la portuguesa. Sin embargo, el cincuenta por ciento de esta colección pertenece a autores españoles que comenzaron a pintar al gouache sobre vitela y tablillas de marfil en el S.XVIII.
Estas obras cumplían por un lado una función privada y por otro, una estatal, ya que los monarcas regalaban joyeles con miniaturas a los embajadores y emisarios extranjeros... Por eso "la mayoría de los pintores de miniaturas fueron los de la cámara real", destacó la autora del catálogo.
Es el caso de Goya, cuyos pequeños retratos, como el de Juana Galarza de Goicoechea, que se exhibe en la exposición, cumplían la función requerida. Sin embargo, el maestro pedía ayuda para realizar miniaturas a su amigo Guillermo Ducker, cuyo trabajo también se muestra, y a quien Espinosa describe como "un holandés políticamente incorrecto" para explicar la atribución de autoría de algunas de sus obras al pintor de la cámara real.
También ocupó este puesto Manuel Argós, cuyo nombre se asocia con los grabados, aunque fue un pintor que realizó miniaturas de gabinete para reproducir cuadros de gran tamaño. Argós decoró la galería de la reina Isabel II con obras como el Miguel Angel que se exhibe en esta muestra, la más grande de la exposición.
La más pequeña de todas en cuanto a tamaño es la de Francisco José I, emperador de Austria, de Moritz Michael Daffinger, aunque, según destacó Espinosa, es "una gran miniatura". También está presente en la exposición Antonio Tomasich, "el mejor miniaturista que ha dado España", a juicio de Carmen Espinosa.
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