Aura Garrido protagoniza esta sátira sobre el mundo del cine

'El tratamiento': memorias de un guionista vocacional en la era de Netflix

  • El Teatro Alhambra estrenará el viernes la obra escrita y dirigida por Pablo Remón, el nuevo chico prodigio de la escena española

El primer elenco de la obra teatral, con Bárbara Lennie a la cabeza.

El primer elenco de la obra teatral, con Bárbara Lennie a la cabeza. / Teatro Kamikaze

"¿Por qué inventarme una ficción en una época saturada por ellas? ¿Qué puedo aportar yo?". La pregunta se la hace el dramaturgo Pablo Remón en El tratamiento, un éxito en la cartelera del Teatro Kamikaze durante semanas, obra de La Abducción y Buxman Producciones, que el viernes y el sábado llegará al Teatro Alhambra.

La obra escrita y dirigida por Remón retrata de forma cómica, a veces mordaz, el mundo del cine. "Me apetecía hablar desde la puerta de atrás y contar cosas que no se dicen o no se ven. Quería, en definitiva, soltar y volcar cosas que he visto a lo largo de 15 años de profesión", admitió el autor durante la presentación en Madrid.

Como guionista, reconoció, le ha ido "muy bien" y ha tenido "mucha suerte": "No tengo muchos proyectos en el cajón. Esta profesión es complicada en este país, como todo lo artístico". Eso sí, "cualquier película que se ve en pantalla es un milagro. Muy poca gente sabe que eso ha estado a punto de no hacerse 40.000 veces. El cine es una cosa tan azarosa, tan de circo, tan de adrenalina, de montaña rusa”, describió el guionista de títulos como No sé decir adiós, Cinco metros cuadrados y Casual Day.

Un momento del espectáculo 'El hundimiento'. Un momento del espectáculo 'El hundimiento'.

Un momento del espectáculo 'El hundimiento'. / Teatro Kamikaze

Muchas de las escenas reflejan ese carácter voluble de la industria cinematográfica, y sus consecuencias en los trabajadores de ésta. "¿Sabes lo que molaría muchísimo? Cambiar la película entera. El tratamiento es fantástico, está como para rodar mañana. ¿Pero y si lo cambiamos?", escuchará llegado un momento el espectador en boca de uno de los personajes.

Incluso el protagonista, un guionista fracasado, divorciado y cuarentón llamado Martín, llegará a estresarse tanto durante la reescritura de un texto que le saldrán eccemas en la piel. "Eso me ha pasado a mí", confesó Remón entre risas.

La obra también es, en palabras del autor, "una reflexión sobre cómo la vida se vuelve ficción y como la ficción se vuelve vida". "Ambas se retroalimentan bastante. Uno normalmente recuerda su vida casi como si fuera una ficción, una película. Me interesaba mucho hablar de la gente que crea películas porque bebe mucho de su vida real, y remarcar que esa separación -vida real / ficción- no es tal", apuntó.

El tratamiento se convierte en un viaje por la vida de Martín, interpretado por un excelso Francesco Carril. "El texto habla del deseo de hacer. Ya no de hacer cine, sino de hacer lo que sea. Cualquier cosa que hagas que lo hagas con todo tu ser", resumió el actor en la presentación de la obra en Madrid.

Bárbara Lennie, sustituida en estas funciones por Aura Garrido, definió la pieza como "un cajón donde cabe todo, que tiene mas que ver con lo que nos pasa en la vida, que con lo que pasa en las ficciones". Se trata de "un compendio de cosas, de una mezcla de géneros -novelesco, cinematográfico, teatral-, de espacios, de sensaciones, donde se habla de varios temas: el paso del tiempo -y la voluntad de conjurarlo a través de la ficción-, la crisis de los 40, quién eres y quién pensabas ser".

"Escrito con todo el valor y todas las tripas que he sabido generar", en palabras de su autor, El tratamiento reunirá un elenco de primera formado por Garrido, Carril, Ana Alonso y Emilio Tomé en torno a una escenografía muy abstracta que funciona como "una caja de recuerdos" -como una esas latas antiguas donde uno guardaba sus mayores tesoros-.

Construida en tres partes o capítulos (El futuro del cine español, El hundimiento del Titanic, Cartas desde el mar Egeo), la pieza reúne a varios personajes que comparten el deseo de escribir. "Escribir o ficcionar es una manera de recordar, de salvar cosas de un naufragio. La metáfora del Titanic está muy presente en la obra", declaró el dramaturgo.

La escritura se entiende en la obra como una pulsión, una necesidad urgente, en la era de las mil ficciones y de la burbuja de series. Porque, como escribió James Salter, "llega un día en que adviertes que todo es un sueño, y solo las cosas conservadas por escrito tienen alguna posibilidad de ser reales". "La respuesta -a la primera pregunta que se formula al principio del texto- es que si no lo cuentas tú, no lo hará otro”, zanjó Remón. Dicho y hecho.

El director y autor de la obra, Pablo Remón, en una foto de arhivo. El director y autor de la obra, Pablo Remón, en una foto de arhivo.

El director y autor de la obra, Pablo Remón, en una foto de arhivo. / Teatro Kamikaze

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