CRÓNICA FEX

Tortugas que enseñan lecciones feministas a niños y no tan niños

Una historia feminista de los 70, muy vigente en la actualidad, llegaba ayer a Granada de la mano de la compañía Titiritrán Teatro, en una obra de aspecto infantil, con una enseñanza importante para todos los públicos.

Arturo y Clementina es una adaptación del cuento homónimo de Adela Turín, publicado en los años 70. Forma parte de la mítica colección "Dalla parte delle bambine", titulada en España como A favor de las niñas, compuesta por historias que reivindican el rol femenino de la sociedad, combatiendo estereotipos sexistas y denunciando la discriminación.

El cuento desarrolla la historia de dos tortugas que se enamoran, se casan y comienzan a vivir juntas. Aunque Clementina desea viajar, Arturo opina que es él quien tiene que descubrir mundo, mientras ella se queda en casa. Pedro López, componente de la compañía de teatro, explica que "Clementina va cargando sobre sus espaldas los prejuicios y quejas de Arturo, hasta verse totalmente aprisionada". Estos prejuicios se muestran simbólicamente, a través de los regalos que Arturo entrega y ata al caparazón de Clementina. "Pero llega un momento en que Clementina huye de esa situación, y Arturo no entiende cómo ella rechaza todos sus esfuerzos por darle una vida regalada", relata López.

Esta historia muestra una de las formas de violencia que se da entre parejas, el ataque sutil hacia ella, descalificándola y riéndose de sus aspiraciones, hace que disminuya su autoestima y coarta la expresión libre de su ser.

"Es un cuento que inauguró una colección en los años 70 y sigue estando hoy en día vigente, incluso más que entonces", comenta el componente de Titiritrán Teatro, que opina que este tema que se empezó a trabajar hace tanto tiempo, "todavía es necesario seguir tratándolo". Por ello, Pedro López, junto a su compañía, decidieron recoger la historia de Adela Turín y montarla con su propio lenguaje.

Para la puesta en escena utilizan, como indica López, "una mezcla entre el lenguaje visual de la animación y el teatro objetivo". Concretamente, la técnica que emplean es la del uso de objetos, sombras y arena, sobre una mesa traslúcida de cristal y "todo esto lo recoge una cámara que in situ y en el momento lo va proyectando sobre una pantalla, sin edición alguna", añade López. El público ve el proceso y el resultado simultáneamente. Este montaje está acompañado por la música en vivo del piano de Héctor Eliel Márquez que, junto al trabajo de Maruja Gutiérrez y el propio Pedro López, componen el equipo.

La adaptación de Titiritrán Teatro de Arturo y Clementina está recomendada para niños y niñas de 5 a 9 años. No obstante, según indica el actor de esta compañía, "se dirige también a un público adulto, no sólo por la propuesta, sino también por el contenido, que afecta tanto a adolescentes, como a adultos".

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