Para el segundo día del Festival de Granada el Palacio de Carlos V da paso al teatro del Generalife, permuta la música por la danza, pero continúa la presencia de invitados vieneses. El Wiener Staatsballet es la legendaria agrupación que todos los años interpreta para el mundo el primer baile de cada año, con las piezas coreográficas del tradicional Concierto de Año Nuevo.

Esta vez estará en Granada, treinta años después de su última visita a la ciudad de la Alhambra, con un programa especial que incluye coreografías legendarias de Nureyev (El Lago de los Cisnes), Balanchine (Allegro Brillante) o Neumeier (Vaslaw). En 2010, la compañía, que llega a Granada con el patrocinio de CaixaBank, se fusionó con el ballet de la Volksoper, bajo la dirección del francés Manuel Legris, y cambiando su nombre de Wiener Staatsoper Ballet a Wiener Staatsaballet, acrecentando su prestigio y su entidad como institución. Los dos programas que presenta Manuel Legris en Granada son un buen resumen del camino por el que avanza en su dirección, con la reposición de grandes clásicos, obras neoclásicas y coreografías de corte moderno, además de nuevas creaciones.

El Paso a cinco de El lago de los cisnes fue una innovación de Nureyev cuando realizó su primera versión de esta coreografía para el Ballet de la Ópera de Viena, en 1964, y está interpretado por el primer bailarín y cuatro solistas. En la revisión de su argumento, Nureyev destaca como gran protagonista de El lago de los cisnes al Príncipe Sigfrido y explora en la psicología del joven heredero, desbordado por su destino.