La austeridad de Lapido se viste de gala en Caleidoscopio

Pocas parejas de baile más raras se habrán visto, pero lo cierto es que José Ignacio Lapido, el poeta de la desolación, uno de los letristas más hondos que ha dado el rock en castellano, y maestro indiscutible de dos generaciones de músicos granadinos, se ha prestado a ese ejercicio de concierto con glamour que ofrece al público la posibilidad de alternar con su artista favorito que es el de Caleidoscopio. Como ya es sabido, el ciclo también conocido como Veladas Acústicas en BoogaClub, pone a la venta un número limitado de entradas a diferentes precios en función de los privilegios y la cercanía con el músico que uno esté dispuesto a obtener.

Así, los asistentes van entrando en la sala de manera escalonada y tomando posiciones de acuerdo al tipo de entrada que hayan adquirido, y además de disfrutar de un cóctel y una selección musical encargada para la ocasión al propio artista, previa a la actuación, pueden departir amigablemente con él y obtener merchandising firmado. Toda una golosina para los incondicionales, y tratándose de un músico tan esquivo y al mismo tiempo admirado con verdadera veneración, como es Lapido, una oportunidad única de sentirse cerca de su artista favorito y poder preguntarle eso que siempre tuvo curiosidad por saber. Además de este acto previo, especialmente diseñado para los más mitómanos, el concierto en sí permite disfrutar con intimidad de un repertorio escogido especialmente para el evento. Lapido, que sabe ladrar con tanta rabia como el que más cuando se cuelga su sempiterna Gibson SG, se adapta con igual rendimiento al formato acústico en que se desarrollan estas actuaciones.

El tono melancólico de su cancionero le permite mostrarse igualmente cómodo con él, pues sus canciones constituyen una crónica sentimental de la derrota, de la amargura, el desencanto y el fracaso; y de cómo extraer de todo ello un haz de luz al que agarrarse, de la superación y de cómo encontrar el camino de la dignidad entre las sombras. Todo ello dotará de un tono solemne al más tortuoso de los Caleidoscopios celebrados hasta el momento.

Una de las últimas giras que hizo Lapido al frente de su banda antes del lanzamiento de su último disco, fue precisamente una enfocada a escenarios recogidos, fundamentalmente en teatros y en acústico, para la que se preparó un repertorio en el que se rescataron algunas canciones que no venía siendo habituales en los conciertos con aparato eléctrico. Es de suponer que para el de la noche del sábado vuelva a meter la mano en la chistera para sacar algunos incunables poco expuestos en directo. Todo ello hace de esta actuación una ocasión muy especial para disfrutar en cercanía de uno de los catálogos de canciones más ilustres que el ciclo haya presentado.

Con origen en Cádiz aunque operando desde Granada, el cuarteto Soundset presenta esta noche su primera colección de canciones, un ep de título Feed Your Soul, compuesto por seis temas que oscilan entre el rock progresivo de tintes oníricos, cierta fusión de querencia sureña y el pop que se toma en serio a sí mismo, como pueda ser el de Vetusta Morla, por ejemplo.

Alternan instrumentales con letras de espíritu trascendente, y el inglés con el castellano, un síntoma de que el grupo aún se encuentra en fase de búsqueda. Víctor Rodríguez a la guitarra y la voz, José M. Bobillo al piano y teclados, Miguel Buhigas a la batería y la percusión y Tete Sendrín al bajo forman Soundset. La presentación de su primer ep tendrá lugar esta noche en Boton Room, una nueva sala que viene a incorporarse a la oferta de ocio nocturno granadino con una programación ecléctica y abierta a cualquier tendencia, aunque fundamentalmente centrada en el pop. Al parecer la andadura emprendida la pasada temporada por ese mismo espacio, que estuvo operando como Granada Jazz Club hasta el mes de junio tocó a su fin, y con una nueva dirección, diferentes planteamientos y una nueva denominación, Boton Room suma un nuevo escenario a disposición de la efervescente escena granadina.