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Tres autores, en busca de los sueños y de la burla del azar

  • 'Las musas de Rorschach' recoge tres relatos cortos de ficción escritos por el granadino Luis García Montero junto a Luis Díez Merino y Javier Casis Arín

"Todo lo que ocurre en nuestras vidas sucede por azar, mientras que el escritor decide lo que les ocurre a sus personajes." Estas palabras del prólogo que Rubén Marín antepone a los relatos se desmienten con la nueva realidad con la que se enfrenta el lector de Las musas de Rorschach. El azar parece haber construido el libro. Un libro que se concibió para dos autores, pero que el ilustrador de la portada -Miguel Ángel Ropero- sin saberlo dibujó a tres desde el principio. Dos de los autores se llaman Luis y el personaje del tercero es Luisa. Los relatos de LuisGarcía Montero y de Luis Díez Merino son casi como dos gotas de agua sin haberse leído el uno al otro. Los tres autores escribieron los relatos en la misma época, sin conocerse y para finalidades muy diversas, nunca pensaron que estarían juntos.

Son tres relatos de tres autores muy diferentes: García Montero, Javier Casis Arín y Díez Merino. El primero, poeta y profesor granadino, lleva la mitad de su vida dedicándose a la poesía, pero no es tan conocida su labor en la narración. García Montero escribió Dedicatorias como prólogo para otra obra suya, Aguas territoriales, un libro de ensayos sobre la poesía y la ficción.

El relato se inicia con un suceso biográfico: el autor va a Logroño para formar parte de un tribunal, pero pronto la ficción se adueña de la narración. Se sorprende paseando por las calles de la ciudad riojana y descubre un recital de poesía en el que él es el protagonista, sin haber sido invitado. Allí se encuentra con el opositor que había tenido que evaluar en el tribunal. Éste resulta ser un poeta que desde siempre, al terminar un libro de poemas, lo veía ya publicado por Luis García Montero. Ahora es Luis el que ve su libro inacabado, encima de la mesa en la que debía hacer la lectura, perfectamente terminado, con las correcciones y notas que él mismo había pensado hacer. ¿A quién de los dos inspiran las musas?

El protagonista del relato, al igual que su autor, es un poeta que ejerce como profesor, aunque no está muy contento con esta labor. El García Montero de la realidad está encantado con su profesión. "Me gusta dar clase. Yo me dediqué a estudiar y escribir literatura porque estaba deslumbrado por los libros y para que no se diferenciara mi trabajo de mi pasión", confiesa el poeta.

En el segundo relato, un economista a punto de jubilarse, se enfrenta a la ingrata noticia de la enfermedad terminal de su esposa. Antes de su muerte, ingenia un plan para que siga en su vida cuando ella ya no esté. Un mando a distancia controlará la aparición de su mujer, pero esta imagen holográmica cobrará una vida inesperada que traerá sorpresas al protagonista y al lector.

El tercer relato cierra el círculo de esta historia de ficción-realidad que habla de las musas. Un profesor de literatura en la Universidad de Buenos Aires, Lorenzo Aparicio, deja su país por reveses económicos. Con el tiempo regresa, pero su plaza no está libre. Comienza a trabajar en una editorial leyendo las novelas de otros mientras escribe la suya propia. La casualidad hace que conozca a Honorio Rozman, un famoso escritor que se consagra con tan sólo una novela. Todos se cuestionan por qué no ha vuelto a escribir. Será Aparicio el elegido para conocer su secreto: las voces que dictan a los escritores.

Al finalizar el libro, el lector se queda con la sensación de la duda. ¿Dónde acaba la realidad y dónde comienza la ficción? Se trata de la caja de Pandora de la creación.

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