"Los ciclos de vida de la música 'indie' van a un tiempo distinto del resto"

Con un sólo disco en la calle, los sevillanos Pony Bravo se han convertido en la última sensación de la escena independiente dentro y fuera de nuestras fronteras. La banda visita esta noche por tercera vez la ciudad para ofrecer un concierto en la sala Planta Baja con los granadinos Enrique Octavo como invitados.

-Recién llegados de actuar por Egipto y Argentina, el concierto de esta noche en Granada les parecerá casi como ensayar en casa...

-Qué va, hay muchas ganas, y es una alegría tocar en Granada, sin tener que coger avión ni nada. Muchas veces es una pelea conseguir subir los instrumentos, aunque han sido unos viajes alucinantes.

-¿Cómo les surgió una gira con paradas así de peculiares?

-Hace ya más de un año que estamos funcionando con un sello propio y tanto la persona que lleva comunicación y prensa como nuestro manager van moviendo los conciertos. Al final te das cuenta que se puede acceder a otro tipo de actuaciones que cuando lanzamos el disco era imposible. Eso se une a que ganamos el circuito de pop-rock de la Junta de Andalucía y a que hemos hecho trabajos con el Instituto Cervantes, así que ahí vas haciendo contactos y al final casi que se van moviendo solos y que te llevan por viajes que no te esperas.

-¿Y la música de Pony Bravo se entiende igual de bien en El Cairo que en Andalucía?

-Es raro... En El Cairo, por ejemplo, no están acostumbrados a ver mucho rock en directo, y la imagen era graciosa: había una primera fila de gente bailando y el resto estaba sentada un poco a la expectativa.

-Normal si en el cartel del concierto le pone la cara de Chiquito de la Calzada a la Esfinge de Gizeh...

-Buf, nos dijeron que hubo mucha gente que se ofendió un poco por el cartel. Lo que pasa es que tampoco lo comprendían porque allí no conocen a Chiquito, así que se quedaron un poco pillados.

-¿Cómo llevan ser ahora 'grupo revelación' cuando sus canciones llevan casi dos años sonando?

-Con los primeros discos hay que tener en cuenta que los tiempos van al margen del resto... Si te edita una multinacional que te hace mucha promoción las cosas van más rápidas; aunque nuestra propuesta es muy independiente, así que en el primer año te dedicas a sembrar sin mucho éxito y a darte a conocer, y es en el segundo año de vida del disco cuando empieza a escucharse por los sitios claves. Son ciclos que hay que tener en cuenta en la música indie pero que están bastante bien porque te permiten ir preparando las canciones nuevas mientras sigues dando conciertos.

-¿El boca a boca funciona aún más si cabe en la música indie?

-Es la mejor forma. Yo no me suelo fiar de la promoción que se hace de los grupos independientes; si es un amigo quien te recomienda a una banda siempre la vas a escuchar con mejor rollo. Va más lento, pero nosotros estamos muy a gusto así.

-¿Van tomando ya forma las canciones del próximo disco?

-Hay casi medio disco hecho ya y estamos trabajando un montón pero sin ponernos una fecha clave. Con este disco nos dimos cuenta de que si las canciones iban saliendo poco a poco, el concepto final está más trabajado y tiene más sentido. El disco saldrá en unos meses, aunque en enero vamos a grabar el primer álbum de Fiera, el proyecto de Pablo Peña, el bajista.

-¿Por qué los temas de Fiera no tienen sitio en el directo de Pony Bravo?

-Fiera lleva otro set de instrumentos y transportar los dos backline es una locura. Además, como teníamos mucho material, decidimos tocarlo fuera siempre. Hace un par años sí que íbamos a integrar las dos bandas, pero ahora creo que es más interesante para la gente escucharlas por separado.

-Que no se diga que en Sevilla todo es hip hop...

-Hay un germen rockero que está pegando fuerte. Hay ahora mismo un rollo muy chulo en la ciudad, con muchas bandas que poco a poco nos estamos conociendo y comunicando un poco más.

-¿Nunca les han tachado de locos por dejar que la gente se descargue su disco desde su propia web?

-La Creative Commons surgió de una forma súper natural. Hay una filosofía muy bonita detrás, es un rollo de cultura; permitir que un chaval de 17 años pueda escuchar toda la historia del rock sin tener que ser millonario para comprarse discos es increíbe. Además, te quitas de complicaciones del monopolio sobre los derechos de autor.