Los criterios de un Premio con criterio

El Premio de Pintura Pepe Estévez comienza su periplo expositivo con la muestra de las obras seleccionadas en la Fundación Carlos Amberes Simón Zabell se alzó con este certamen.

1. Presentación en Madrid del Premio Pepe Estévez. 2. Integrantes del jurado compuesto por importantes empresarios a los que unía el amor a lo artístico y poseedores de colecciones de prestigio. 3. Obra ganadora de Simon Zabell.
Bernardo Palomo

25 de enero 2016 - 05:00

SIMÓN ZABELL. Primer Premio de Pintura Pepe Estévez, Fundación Carlos Amberes.

Tras constituir todo un acontecimiento artístico en su presentación y en el desenlace del mismo, el Primer Premio de Pintura Pepe Estévez comienza su periplo expositivo con la muestra de las obras seleccionadas por el jurado de expertos -Guillermo Solana, director del Museo Thyssen de Madrid, Fernando Francés, director del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, Juan Antonio Álvarez Reyes, director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Laura Revuelta, redactora jefa de ABC Cultural, Elisa Hernando, directora del Arte Global y María Eugenia Álvarez, directora de Open Studio-, así como la que constituyó la máxima consideración del otro jurado, esta vez compuesto por importantes empresarios a los que unía el amor a lo artístico y poseedores de colecciones de prestigio; jurado formado por Doña Hortensia Herrero, presidenta de la Fundación Hortensia Herrero, Yolanda Eleta, directora del Grupo Eleta de Panamá, Ángel Ron, presidente del Banco Popular, José Manuel Pardo, presidente de la Fundación Legálitas y José Joly, presidente del Grupo Joly de Comunicación.

Un premio que ha contado con una novedosa filosofía concursística que ha sido muy valorada y aceptada en los circuitos artísticos. Tras la presentación en la edición pasada de la Feria de ARCO, el jurado de expertos realizó una selección de entre los artistas presentes en los stand de Ifema de dicha feria, escogiendo una obra de los siguientes artistas: Emilio Gañán, Alan Urrutia, Miren Doz, Miguel Galano, Alberto Pina, Amaya Bozal, Gonzalo Sicre, Miki Leal, Simeón Sáez Ruiz, Mp & Mp Rosado, Antonio Mesones, Nico Munera, Santiago Giralda, Antonio Montalvo, Antonio Ballester, Simón Zábell, Enrique Radigales, José Periñíguez, Moisés Mahiques, Ismael Iglesias, Sergio Barrera, Curro González, Cristina Lucas, Chus García Fraile, Hanoos Hanoos, Fermín Moreno, Aitor Lajarín y Toño Barreiro.

La selección constituyó todo un acierto dimanado de la solvencia artística de un jurado de expertos con absoluta clarividencia para escoger obras de artistas que forman parte de lo más selecto de la pintura que se hace hoy en España. Una selección que yuxtaponía a la perfección todos los registros que constituyen el panorama creativo de la pintura contemporánea y que, además, ponía en consonancia total la pintura de artistas muy consagrados con otros recién llegados a la escena pictórica y que ofertaban absoluta seguridad como artistas del momento, con una manifiesta vocación de futuro.

La pintura que ahora ocupa las nobles estancias de la Fundación Carlos de Amberes en la madrileña calle de Claudio Coello, aquella que se presentara en el conjunto bodeguero del Grupo Estévez el pasado octubre y que, más tarde, recalará en Panamá, nos conduce por los amplios segmentos de una pintura abierta, de muy amplio espectro, con la figuración moderna jugando con otros postulados donde la abstracción abre poderosas perspectivas plásticas, con expresionismos gestuales, con justos, medidos -también, de arbitraria conformación- procesos conceptuales que posibilitan horizontes significativos de muy diversas posiciones, a la búsqueda de un arte total donde todo queda supeditado a los imprevisibles escenarios iconográficos de una pintura moderna, absolutamente viva y con clara intención de perdurabilidad. Artistas que mantienen vivo el ideario de la mejor pintura y que ofrecen parcelas creativas en la que la realidad plástica contemporánea se nos hace presente en su más justa medida.

No podemos olvidar la mención de los cinco artistas finalistas; cinco obras muy bien escogidas entre las piezas primeramente elegidas y que responden acertadamente a los buenos conceptos de un jurado sabio, cierto y con muchísimo criterio. Todas ellas transitan por los esquemas que definen la pintura más inmediata y de las que podemos manifestar que en ellas se hacen bien visibles la fina poética de Simón Zábell, la fortaleza conceptual y plástica de Miren Doiz, el minimalismo geométrico y algo más de Emilio Gañán, el concepto plástico de José Miguel Pereñíguez y los alcances estructurales de los hermanos Rosado Garcés. Obras todas que cualquiera hubieran merecido el máximo honor de los veinte mil euros y la bella escultura de Isabel San Martín, pero que, con muy acertada valoración -así lo creo y así lo escribo- fue para la titulada Our men in Tahiti, realizada por el pintor malagueño Simón Zábell, artista de infinita trascendencia, uno de los que conformaron la gran pléyade de jóvenes salidos de la Facultad de Bellas Artes de Granada y que han formado parte de los mejores catálogos de Arte Contemporáneo de España. Una obra sutilísima, llena de registros poéticos, absoluta contención plástica, sujeta a un colorido escueto y con sabios desarrollos pictóricos. Una pintura que manifiesta el poderoso credo de un artista que nos sigue convenciendo, que sabe conjugar los planteamientos clásicos con la gramática moderna y que no sigue haciendo confiar en una pintura viva y con mucho futuro.

La exposición de la Fundación Carlos de Amberes presenta un Premio sabiamente concebido, mejor estructurado y con todos los argumentos para que la concursística siga siendo uno de los pilares del arte. La idea de Marisa C. de Azcárate y del Grupo Estévez ha eclosionado en una rotunda realidad artística que ha llenado de clarificadoras perspectivas un arte necesitado de muy buenas propuestas.

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