Tras su paso por la sección Jornadas de autores-Días venecianos del Festival de Venecia, el director Daniel Sánchez Arévalo presentó ayer en Madrid su nuevo largometraje, Gordos, una película que narra cinco historias diferentes sobre "los excesos físicos y emocionales" de personas con sobrepeso.

Ganador de tres Goya por su ópera prima AzulOscuroCasiNegro, Daniel Sánchez Arévalo reconoció que siente haber rodado "muchas películas a la vez" con Gordos. Y es que la cinta no tiene una sola trama, sino cinco historias en torno a un grupo de terapia -dirigido por Abel (Roberto Enríquez)- que ayuda a personas con sobrepeso a averiguar los problemas y las razones que les han llevado hasta esa gordura.

"Es una película sobre personajes excesivos", admitió Sánchez Arévalo, quien quería dirigir un filme para "llegar al límite y sobrepasarlo sin que hubiera rechazo, es decir, hacer una comedia que fuera más comedia" y aunarlo con un "drama más dramático aún".

"Cuando voy al cine me gusta que me hagan reír y llorar", subrayó Sánchez Arévalo, quien se fijó en El apartamento (1960) de Billy Wilder, "una película única" en la que la comedia y el drama "se fusionan perfectamente".

El rodaje de Gordos, transcurrido entre Cantabria y Madrid, ha sido muy largo, diez meses frente a las ocho semanas habituales, para poder presenciar el engorde y adelgazamiento de los actores de los que el director está "muy orgulloso".

"No ha sido fácil dirigir a once actores principales", pero con "un buen guión y unas buenas interpretaciones es difícil fracasar", enfatizó Sánchez Arévalo. Con todo, el proceso ha sido "largo" y, a la vez "placentero", según el director que explica que los cambios de peso de los protagonistas han estado "controlados y vigilados por nutricionistas, médicos y endocrinos".

Los personajes tienen sobrepeso pero al director no le gusta el "feísmo", por eso ha querido que sus gordos sean "guapos, ágiles y gráciles" y que sobre todo "haya luz a lo largo de toda la película". Una luz que trata de reflejar como si fueran "cuadros", tal vez un punto de vista heredado de su padre pintor, aunque confiesa que lo que más le apasiona de los rodajes es "el trabajo con los actores" sin dejar de lado "la estética y el estilo".

Para ello, ha contado con actores reconocidos como Verónica Sánchez, Teté Delgado o Roberto Enríquez y con dos debutantes, Leticia Herrero y Marta Martín.

Entre los veteranos, el director repite con Antonio de la Torre (AzulOscuroCasiNegro), en el papel de Enrique, un modelo homosexual cuya carrera y contrato se ven truncados por su problema de peso. De la Torre, el único actor elegido antes de la escritura del guión, confesó que "tenía muchas ganas de explorar un terreno diferente" con un personaje "muy extremo y muy contradictorio" con lo que la sociedad espera de él y sus propias pretensiones.