Granada Sound 2025: la promesa de Santander, el Chino en el patio de su casa, y el oro volador de Tokyo
Mikel Izal y Xoel López levantan recuerdos en una primera jornada de festival donde Zahara puso sudor, corazón y dinero en Palestina
El Granada Sound arranca su primera jornada con Zahara, Mikel Izal o Xoel López
Lucía es todo lo que representa el Granada Sound. Se pasaba por poco la medianoche y ahí seguía, en pie, después de levantarse antes de las seis, cogerse un bus de Santander a Bilbao, un avión de Bilbao a Málaga, y otro autobús de Málaga a Granada solo para estar en el festival como le había prometido a su mejor amigo de la infancia, a Fernando, muchos años atrás ya. Esta es la esencia de un festival donde, casi, realmente, lo que menos importa es la música. Al Cortijo del Conde se viene a cerrar el verano, aunque este año una semana antes, así que todavía aprieta la calufa; y se viene a reencontrarse: con los más amigos, con los menos amigos, con los conocidos, con sorpresas, con aquellos a quienes no ves desde hace tiempo. Y hasta con un Chino salvaje que volvía al festival como fan, sobre una arena que le encumbró con sus Supersubmarina a deidades de la música española.
Así que, como cada año, esta no es una crónica musical. Es la crónica de una noche de festival. Conviene recordarlo, que luego alguien se me enfada, pero para análisis más sesgados, los de Darío en su revista musical. Empiezo sin engañar: llegué tarde, bastante. Cosas de la burocracia. Así que lo que va antes de Zahara va por radio macuto. Como que Xoel López abrió el telón aun con un sol que picaba, pero donde no faltó Elevarte caer o Lodo.
El Granada Sound de este año estaba también mirado bajo lupa, como otros tantos en todo el país, por la polémica generada por el fondo proisraelí KKR. Muchos grupos propalestinos habían pedido a los asistentes no acudir a los conciertos, y a los artistas boicotear las actuaciones. Tema espinoso: no es fácil romper contratos en un sector donde simplemente se sobrevive. Tampoco es que se hiciera muy presente el conflicto. Un pequeño grupo de manifestantes se presentó en la zona de la salida de los autobuses desde Granada, me cuenta Yisus Albarracín, pero sin más. "Hubo más lío con las pulseras que podían subirse a los buses y las que no", cuenta otro periodista en el foso frente a los escenarios.
Zahara, reina
Sobre uno de ellos, Veintiuno, la banda toledana que llenó de Dopamina el festival y que, cuentan, lanzó mensajes "subliminales" sobre el conflicto israelí y el genocidio en Gaza, relataba otro periodista en un momento de impasse en una de las barras laterales. Sí hizo más evidente su mensajes Zahara, la volcánica cantautora ubetense que clavó el show de hace, creo, tres años. No se mordió la lengua durante la semaa, cuando le pidieron que no actuara, y que se tuvo que defender recordándole a la gente que las cosas no son tan fáciles, y que "asumir consecuencias legales", al final, es algo a lo que tendría que enfrentarse ella, y no los que agitan desde las redes.
Por ello, la jienense, que ya avanzó que el próximo curso festivalero no iba a actuar en ninguno bajo el signo de KKR, aprovechó para empezar su concierto con un mensaje en la pantalla anunciando que donaría el beneficio obtenido por su actuación de anoche a la UNRWA, el organismo de la ONU para la población refugiada de Palestina, "para intentar acercarme a lo que hoy siento aquí". "No siempre podemos poner el cuerpo donde tenemos el corazón y la mente", argumentaba en su anuncio.
Quien si boicoteó fue la 5G. Pretendía ver a Elvira, a la que dejé perdida en un viaje Filipinas y que me tenía que devolver los cascos tras un día de marejada y Poniente sobre un kayak en La Herradura, pero los mensajes le llegaban cuando ya no estaba en el sitio y viceversa. A ver si hoy hay más suerte. Al menos le llegó a Fer, que ya hizo las presentaciones oportunas con Lucía. Le escribí a las ocho o así: "En caso de que vaya, ¿dresscode para hoy?". Y se me presenta con una clásica camiseta del Racing de Santander, con la retro de la Roma, esa que pone de publi INA Assitalia, vistiendo a Miarts. Mi elección: Granada CF temporada 2006-07, la de Bordi, Juanjo Carricondo y don Manuel Lucena Medina, entre otros mitos del barro rojiblanco. Que, por cierto, un nuevo Granada Sound de camisetas de fútbol retro, más que banderas palestinas. Quizás estén todas en La Vuelta.
Izal con Mikel
Llega quizás el concierto más esperado, el de Mikel, y que suponía la vuelta de Izal al Granada Sound. Había ganas de volver a oír en el Cortijo del Conde a los clásicos de cuando Izal antes de que Mikel reivindicara derechos de autor y carrera y le recordara a todo el mundo cuál es su nombre. Empezó con El miedo para dar paso a La increíble historia del hombre que podía volar pero no sabía cómo, la canción que me descubrió Rosita y que, desde entonces, suena en bucle en mi playlist.
Pero un hombre que sabía volar y que voló tan alto como para le sigan (sigamos) echando de menos sobre un escenario es José Marín, aunque todos le conozcamos como Chino. Allí estaba la cabeza, el líder, la persona que creó el mejor grupo musical de los últimos, no sé, veinte o treinta años en España: Supersubmarina. En una especie de reservado en primera fila, con una de esas camisas que piden tarima, y volviendo a 'su' Granada Sound. Y yo hacía años que no me ponía tan nervioso haciendo mi trabajo. "Entre amigos y en Granada siempre estoy genial, es especial", acierto a escucharle mientras Mikel atrona con Pánico práctico. De esos momentos en la vida donde todo cuadra.
"Mira cómo vuelo"
Entre mujeres de verde y baños en Copacabana, El Paraíso de Mikel Izal dio paso a Niña Polaca, que se subía al fin al escenario de "los mayores". De la cantera al primer equipo. Porque en el campo de entrenamiento que es el escenario de La Placeta el nivel es cada vez mayor, sobre todo en el nivel de los artistas, y que ayer, muchos lo comentaban, robó protagonismo incluso a los grandes espadas. Es que mirando, la elegancia de Paula Mattheus, la fuerza de Karavana, y principalmente la calidad de Barry B. A ellos íbamos cuando un Antonio Lasso salvaje aparece entre la maleza con Soto. Y detrás, toda la bandada que suele llevar aparejada.
Parada en boxes para pillar unas papillas fritas a precio de zapatillas con placa de carbono, un Mario Torres que no se quita la camiseta del Cádiz ni que fuera un brigada amarilla, y la primera conexión con Tokyo desde el mismo sitio donde un año atrás, María Pérez y Álvaro Martín celebraban y muy a lo grande sus medallas olímpicas en París. "Va en grupito con Palmisano y tres más", reporta Fer. En esto que vamos para Miss Caffeina y entre Bla bla bla y Cuando acabe el verano, volvemos a Teledeporte. Está sonando "mira cómo floto, mira cómo vuelo" y en ese momento María le está sacando casi un minuto a Antonella. No podía ser más oportuno. Cruza la línea de meta para ser, otra vez, campeona del mundo de 35 kilómetros marcha. Nosotros cruzamos el arco de salida, que hay que volver a casa, que el sábado viene con emisarios escandinavos, artistas del Renacimiento y sonidos muy chanantes.
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