El Granada Sound sortea el intento de boicot y las protestas contra Israel en el fin de semana más tenso
Mientras Madrid suspende la Vuelta a España por las protestas, el festival celebrado en Cortijo del Conde, y vinculado a inversores israelíes, acoge a más de 25.000 personas sin apenas mención al conflicto
La Vuelta, derrotada por las manifestaciones propalestinas
25.000 personas se dieron cita el viernes y el sábado en el Cortijo del Conde para celebrar una nueva edición del Granada Sound, que regresaba a la ciudad con todas las entradas vendidas pese a estar en el foco de la actualidad política. El festival se encuentra dentro del conglomerado de Superstruct Entertainment, que desde 2024 forma parte del grupo inversor israelí KKR (Kohlberg, Kravis, Roberts & Co), acusado de financiar el genocidio palestino. Una situación que, no obstante, quedó en segundo plano en esta edición.
El festival granadino es uno de los últimos en la agenda del conglomerado (aún queda por ejemplo Brava Madrid, la próxima semana) y a medida que se acercaba la fecha empezaban a surgir voces críticas, especialmente impulsadas por el movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), contra la organización y varios de los artistas presentes en el cartel, siguiendo la tónica de otras ciudades y festivales. Sin embargo, fueron pocos los nombres del cartel que se hicieron eco de estas reivindicaciones.
Así, uno de los primeros en expresar su rechazo a actuar en el Granada Sound fue Orojondo. El lorquiano anunciaba a través de sus redes sociales su desvinculación de esta edición, en la que fue sustituido por Keiranai para su actuación, fijada inicialmente para la noche del sábado.
El artista reconocía sus dudas previas, planteándose la posibilidad de mostrar su rechazo desde el escenario o incluso donar el dinero a una ONG, pero finalmente tomó la decisión de no actuar en el festival. "El arte no puede detener una masacre, pero sí posicionarse", escribía.
Precisamente, donar el dinero a varias asociaciones es lo que hizo Zahara, uno de los principales nombres del cartel y también señalada por su participación en el festival. La jiennense se defendió de los ataques recordando que las cosas no son tan fáciles, y que "asumir consecuencias legales", al final, es algo a lo que tendría que enfrentarse ella, y no los que agitan desde las redes.
Por ello, la cantante, que ya avanzó que el próximo curso festivalero no iba a actuar en ninguno bajo el signo de KKR, aprovechó para empezar su concierto con un mensaje en la pantalla anunciando que donaría el beneficio obtenido por su actuación de anoche a la UNRWA, el organismo de la ONU para la población refugiada de Palestina, "para intentar acercarme a lo que hoy siento aquí". "No siempre podemos poner el cuerpo donde tenemos el corazón y la mente", argumentaba en su anuncio antes de subirse al escenario.
La bandera palestina que ilustraba el mensaje de Zahara fue casi la única que se vio sobre el Cortijo del Conde en los dos días que duró el festival. Ni pulseras ni camisetas, la enseña palestina estuvo prácticamente ausente en esta edición, una situación que contrasta con la vivida en redes sociales durante los días previos.
También contrasta con la situación vivida en los últimos días en La Vuelta. La edición de este año también se había visto envuelta en polémica por la participación del equipo Israel-Premier Tech y en los últimos días las protestas habían estado marcadas por la bandera palestina. Unas protestas que el domingo subieron de nivel y obligaron a dar por concluida la etapa después de que varios manifestantes invadieran el recorrido por el que pasaban los competidores, obligando a detenerse y dando final a la etapa a menos de 60 kilómetros de la línea de meta.
La imagen, inédita, dio la vuelta al mundo e inmediatamente se produjeron muestras de rechazo a lo ocurrido, tanto, a nivel nacional, por parte del Partido Popular, como del propio Gobierno de Israel, cuyo ministro de Exteriores, Gideon Saar, señaló directamente a Pedro Sánchez y calificó lo ocurrido como una "vergüenza para España".
La respuesta del mundo deportivo contrasta con la del mundo cultural, al menos a nivel local, donde ni siquiera la organización del Granada Sound ha emitido un comunicado, como sí han hecho otros festivales 'hermanos' como el Sónar, que a través de sus redes sociales emitió un comunicado mostrando de forma tajante su “solidaridad con la población civil palestina atrapada en la catástrofe humanitaria que se vive en Gaza”.
Mientras que, paralelamente, cerca de una treintena de artistas anunciaron su baja del festival, al igual que en otros vinculados también por KKR. En el Granada Sound las quejas se quedaron para la organización y la forma de tratar a quienes habían pagado la entrada. "Queda la sensación que, pase lo que pase, la gente seguirá pagando un dineral por ir, por tomarse una simple cerveza en vaso plástico, y sin saberse ningún nombre del cartel. Y ese es el fallo, es el capote con el que la organización luego se permite hacer lo que quiera. Da igual, parece que de un año a otro a todo el mundo se le olvida", se lee en la crónica de este periódico sobre la segunda y última jornada del Granada Sound 2025.
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