En el trabajo 'Memoria de la melancolía'

El llanto de la guitarra de Lorca queda registrado para la historia

  • El músico Samuel Diz graba por primera vez el sonido del instrumento en un disco dedicado a María Teresa León, cuya presentación tendrá lugar este jueves en la Huerta de San Vicente

Samuel Diz (Tui, Galicia, 1986) posa junto a la guitarra de Lorca frente a la Huerta de San Vicente.

Samuel Diz (Tui, Galicia, 1986) posa junto a la guitarra de Lorca frente a la Huerta de San Vicente. / Antonio L. Juárez / PhotographersSports

"Empieza el llanto de la guitarra. Se rompen las copas de la madrugada. Empieza el llanto de la guitarra. Es inútil callarla. Es imposible callarla. [...] ¡Oh guitarra! Corazón malherido por cinco espadas". La música ocupó un lugar importante en la vida y obra de Lorca. El poeta estudió piano siendo joven y tenía el talento suficiente para dedicarse a ello. Luego más tarde, cuando se centró en su carrera literaria, ésta le marcaría el ritmo de sus versos e inspiraría muchos de ellos. En la intimidad, deleitó más de una vez a sus amigos al piano e incluso se atrevió con la guitarra. Su tía Isabel le regaló una en su octavo cumpleaños. Desde entonces, Federico no se separaría de ella y la tocaría sólo en presencia de las personas más cercanas.

El instrumento, obra del maestro guitarrero José Ortega, se conserva en perfecto estado en la Huerta de San Vicente. Ha pasado por las manos de importantísimos artistas como Tomatito -en un concierto junto a Enrique Morente-, Vicente Amigo, Lou Reed, Patti Smith y Bob Dylan. Sin embargo, su sonido nunca había quedado registrado en una grabación. Samuel Diz (Tui, Galicia, 1986) lo ha conseguido en su disco Memoria de la melancolía, cuya presentación en directo tendrá lugar este jueves en la Huerta. El músico supo de la existencia de la guitarra hace cuatro años a través del hispanista Christopher Maurer, que le habló de ella y le animó a tocarla.

"En 2017 me invitaron a Fuente Vaqueros, al 5 a las 5. El primer día que toqué la guitarra fue un lunes 5 de junio. Ese fue mi primer encuentro con ella. Para mí también fue como un regalo de cumpleaños. Al principio me dio respeto y sentí mucha emoción", reconoce el investigador. Hace un año, Diz fue a la Huerta de San Vicente para "descubrir si el instrumento servía como tal o simplemente era parte del legado mobiliario y sentimental", explica. "Como instrumento seguía vivo", exclama Diz. El luthier Francisco Manuel Díaz restauró el instrumento en su taller de Cuesta Gomérez en 1996. El artista pasó tres semanas de residencia artística en la residencia de verano de los Lorca para grabar este trabajo. "Fue un proceso muy emotivo. El marco arquitectónico con una parte de la guitarra tratada casi de forma arqueológica, de revivir el instrumento con la acústica de la casa", destaca.

Otra imagen de Diz con la guitarra de Lorca. Otra imagen de Diz con la guitarra de Lorca.

Otra imagen de Diz con la guitarra de Lorca. / Antonio L. Juárez.

María Teresa León, un cometa con luz propia

Este proyecto musical tiene como columna vertebral la vida y obra de la escritora María Teresa León, una de las Sinsombrero más talentosas y con más actividad política de la Generación del 27. Amiga íntima de Federico, la autora creía al igual que el poeta en la necesidad de acercar la cultura a la gente más pobre. "Los dos tenían muy buena relación. Hay recuerdos preciosos de ellos en diferentes momentos. Yo llevaba varios años trabajando e investigando sobre la figura de María Teresa, leyendo sus obras y sus memorias. Justo después de publicarlo se borra su memoria. Ese testimonio (una representativa y valiosa voz del exilio español) quedó registrado en ese libro", cuenta.

Un encuentro con la hija de la escritora

El guitarrista recorrió diferentes ciudades donde ella había vivido, preguntando a las personas que la conocieron, tocando timbres, buscando recuerdos. "Estuve en Roma, París, Madrid, México y por último La Habana donde vive su hija Aitana. Allí fui a su casa. Hay una frase preciosa que encendió la llama de este proyecto. No sólo se conocían. María Teresa León tuvo dos niños del primer matrimonio y a Aitana con Rafael Alberti. Aitana le preguntaba de niña que cómo la hubiera llamado si fuese niño. Le contestó que Federico. Todo coincide y me apetecía que esa guitarra se abriera a sus círculos más íntimos", señala el artista, cuyo trabajo se centra en la recuperación y la interpretación de la música original de esa época -tomando el termino literario prestado de la Generación del 27- y del exilio republicano español.

El investigador ha llevado a cabo una "importante tarea arqueológica de grabar partituras inéditas con la guitarra de Lorca". Es el caso de las obras de Simón Tapia Colman, Emiliana de Zubeldía -embajadora de la música vasca- o Baltasar Samper, así como la interpretación de una obra de juventud del guitarrista Regino Sainz de la Maza, buen amigo del poeta.

El instrumento del poeta. El instrumento del poeta.

El instrumento del poeta. / Antonio L. Juárez / PhotogtaphersSports

"La vida de Emiliana hace de espejo de la de María Teresa. Son dos mujeres que sufrieron en su momento por no tener una ley de divorcio hasta 1932. Emiliana huyó de su marido y María Teresa se separaría para irse con Alberti", especifica. Según menciona su biógrafa, Zubeldía abandonó en 1920 a su marido y se trasladó de Pamplona a París; recorrería luego América, de sur a norte, y se afincaría en Hermosillo.

Las conexiones del repertorio del disco con León también entroncan con su literatura, no sólo con su trayectoria vital. "El Puerto de Guadarrama es de Gustavo Durán, íntimo amigo de María Teresa y de Federico. María Teresa la menciona en varias novelas a través de sus personajes, que cantan esta canción", subraya. La Berceuse (a la manera de M. Ravel) para dormir a Federico cuando se vuelva pequeño del propio Durán, grabada por primera vez en la propia habitación del autor, dialogará en este disco con obras de Manuel de Falla y Rosita García Ascot, a quien el autor regaló su poema Corona poética o pulsera de flor.

Los valores universales en la obra de Federico

¿El amor por la música y el folclore es lo que os une a Federico y a usted? "Hay situaciones que lo eligen a uno. Yo fui elegido. Cuando tiras del hilo te vas encontrando escenas y personas fantásticas. Federico está presente en todo. Es un ente indescriptible. Parte del legado de Falla no se entendería sin Federico. En parte literaria, a nivel universal, la guitarra está posicionada por sus poemas", sostiene el artista, que destaca dos valores universales presentes en su vida y en su obra: "el amor y el respeto que él tiene por las personas y la cultura". "Son dos valores universales que hoy día son muy necesarios. Posiblemente por eso somos tantas personas a las que nos encanta", defiende.

"Ese amor y ese respeto cobra más sentido en un mundo neoliberal donde todo tiene que tener una utilidad. En ese sentido, agradezco presentar a la guitarra esta visión arqueológica y nada comercial. Es un proyecto muy íntimo que respeta las máximas históricas con este instrumento sin olvidar ese amor. Creo que esa inutilidad es preciosa", se despide.

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