Crítica musical

La magia del humor

  • La Asociación de Amigos de la Orquesta Ciudad de Granada cumple 25 años con un concierto muy especial

La magia del humor

La magia del humor

La Asociación Amigos de la Orquesta Ciudad de Granada cumple 25 años de existencia. Para tal ocasión ha organizado un programa de actividades y conciertos que se desarrollará a lo largo de la próxima temporada, pero que ha tenido este fin de semana su inauguración con una actividad singular: el Concierto para Zapata y orquesta, una velada centrada en el humor canalizado a través de la música, que deleitó a todos los asistentes.

La Asociación Amigos de la OCG es un referente del asociacionismo musical en nuestra ciudad. Nacida con la vocación de apoyar a nuestra orquesta, promover el conocimiento de la música y acercar la orquesta a la ciudad y viceversa, a lo largo de estos primeros veinticinco años de existencia ha desarrollado una labor de difusión musical de excepción, siendo un referente de la cultura en nuestra ciudad. Su presidenta, María José Gómez, recordó esta trayectoria en unas emotivas palabras, que nos hicieron caer en la cuenta de que los cientos de personas que integran esta asociación son, sin duda, un engranaje importante en el motor que mantiene viva la música en Granada.

Su apoyo a nuestra orquesta, tanto en los momentos difíciles como en los más brillantes de su historia, ha sido incondicional y desinteresado; a través de una extensa programación de actividades, que año tras año se va reinventando, ha contribuido a dar a conocer el proyecto de la OCG entre la ciudadanía y a crear afición.

Como no podía ser de otra forma, el 25 aniversario de esta asociación debía festejarse con un concierto de la OCG, en el que además de su profesionalidad y su buen hacer los músicos ofrecieron también su buen humor. Y es que la orquesta, según dijo su gerente Günter Volg, está agradecida y orgullosa de tener tras de sí una asociación de aficionados tan potente y entregada. Para la ocasión se contó con el tenor José Manuel Zapata, quien ocupó el rol de director en un singular concierto que tuvo como hilo conductor el humor. Como el propio Zapata dijo al iniciar su singular “concierto”, un tenor también puede ser un director... Hemos de decir que fue mucho más: fue todo un showman, un hilarante comediante con una enorme y acertada vis cómica.

Sin duda, esta cita musical no fue un concierto al uso, y por tanto no puede escucharse ni valorarse como tal. Fue, más bien, un juego musical, una transgresión que utilizó como vehículo de comunicación la más bella música, la cual precisamente por su versatilidad y frescura es capaz de transmutarse en el más jocoso de los chistes, siempre dentro del buen gusto y de una calidad estética cuidada.

Hay que decir que, por encima de los múltiples momentos graciosos que se produjeron a lo largo de la velada, lo que finalmente prevaleció fue la calidad musical y humana de nuestra orquesta. La OCG sonó desenfadada y ligera, entregada a una fiesta en la que el buen humor y la naturalidad fueron las claves del éxito.

El “director”, lejos de ser un líder al uso, se encargó de secuenciar los gags cómicos del programa; pero fue la orquesta la que, en esta ocasión, tocó de forma conjuntada y empastada por sí misma, respondiendo a las exigencias argumentales del espectáculo sin sacrificar la calidad de la interpretación (salvo cuando, por exigencias del guión, se desafinaba deliberadamente).

La bondad interpretativa de la OCG, el inteligente trabajo comunicativo y cómico de José Manuel Zapata y los arreglos oportunos de Juan Francisco Padilla fueron una combinación acertada, que obtuvo el éxito incondicional de una audiencia entregada, la cual no paró de reír y disfrutar desde el primer compás, regalando efusivamente sus aplausos durante todo el concierto. En agradecimiento, y esta vez en serio, la OCG regaló como propina el Aria en Sol para cuerdas de Johann Sebastian Bach.

Qué mejor forma de iniciar una celebración tan emblemática como el 25 aniversario de la Asociación Amigos de la OCG que hacerlo con humor, un bien preciado que cura los males, aleja la desilusión y nos reconcilia con la vida. Practiquemos más a menudo y con intensidad la risa, la carcajada y la sonrisa cómplice, y así haremos de este mundo un lugar mejor; gracias a los amigos de la OCG por recordárnoslo.

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