Actual

La multipantalla indiscreta

Thriller, España, 2014, 100 min. Dirección y guión: Nacho Vigalondo. Intérpretes: Elijah Wood, Sasha Grey, Neil Maskell, Adam Quintero, Iván González, Jaime Olías, Rachel Arieff, Jake Klamburg. Fotografía: Jon D. Domínguez. Música: Jorge Magaz. Cines: Cinema 2000, Kinépolis.

Imagínense que James Stewart hubiera tenido internet en vez de un objetivo fotográfico para espiar la vida de los demás. Y de paso seamos justos con el pobre Stewart. Que Hitchcock fuera un mirón no quiere decir que Stewart lo fuera mirando por la famosa e indiscreta ventana. El pobre hombre era un fotógrafo con una pierna rota que además vivía en un interior y se entretenía siguiendo las vidas de sus vecinos. Quien es novio de Grace Kelly no puede ser un mirón. El mirón era el gordito Alfred, que nunca tuvo a Grace Kelly entre sus brazos dándole besos con sabor a Montrachet.

Hecha justicia a James Stewart, seguimos. Si alguien que no es mirón pero, como cualquiera de nosotros, se siente tentado por ver lo que no debe verse y cede a esta tentación, puede verse metido en asuntos muy desagradables. Es lo que le pasa al fan (Elijah Wood) de una actriz (Sasha Grey) que gana un concurso para cenar con ella y, tras ser anulado el ansiado encuentro, acepta la propuesta de un desconocido para espiarla durante una noche a través de su ordenador. Como en la película de Hitchcock, mirar obliga a veces a actuar. Sobre todo cuando lo que se contempla es la planificación de un crimen. Moraleja: no te fíes de los contactos a través de las redes. Porque te pueden estar envolviendo en una tela de araña.

Nacho Vigalondo lo sabe bien porque él mismo se envolvió en una cuando hace tres años protagonizó un escándalo al incluir chistes antisemitas relacionados con el Holocausto en su cuenta personal de Twitter. Le costó la supresión de su blog en la edición digital de El País y la suspensión de una campaña publicitaria dirigida y protagonizada por él para este periódico. Dando explicaciones sobre el asunto, escribía la Defensora del Lector: "Con internet, las fronteras entre privado y público se difuminan, como también se borran los límites entre lo personal y lo profesional. Todo se mezcla, todo cuenta. Nunca había sido tan fácil comunicar, pero no hay que olvidar que el mensaje, una vez lanzado, vuela libre y crece y se transforma, sin que el emisor pueda ya controlarlo".

Aunque resulte sugestivo unir estas palabras a Open Windows, no creo que haya correspondencia entre aquella experiencia y esta película. Porque su punto más débil es la distancia entre su inventiva y brillantez técnica -convirtiendo la pantalla de cine en la de un ordenador abierto a una cascada de multipantallas- y lo débil de la historia que narra, por completo desligada de connotaciones humanas o reales. Fuegos artificiales. Tal vez inspirada en La ventana indiscreta y en esa cadena de variaciones formada por Blow Up de Antonioni, La conversación de Coppola e Impacto de De Palma, la película de Vigalondo resulta un hueco (aunque a ratos deslumbrante y casi siempre ingenioso) ejercicio de inventiva visual que en su segunda parte se desploma porque solo el alarde técnico no puede remediar el vacío temático y las debilidades de un guión demasiado confiado en el impacto visual.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios