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La música unida al mármol

  • El Hospital Real acoge un íntimo concierto en el que Oxalys da muestras de su dominio de la música europea de cámara

La solemnidad del Patio de los Mármoles del Hospital Real añadió anoche un punto de sobriedad a la selección de "flores camerísticas" que ofreció Oxalys en el marco del Festival de Música y Danza de Granada. El ecléctico edificio que mezcla elementos góticos, renacentistas y mudéjares sirvió como escenario perfecto para el programa igualmente ecléctico que se preparó para la ocasión. La elección de continente y contenido era magnífica y además una apuesta segura porque las piezas eran muy bien conocidas por la formación, que las tiene recogidas en sus numerosas y exitosas grabaciones.

De los cuartetos con flauta de Mozart y Ferdinand Ries, a la Serenata de Reger, pasando por un operístico verdiano y la delicia cuartetística de Puccini, el programa no podía ser más variado.

Su hilo conductor era la combinación tímbrica de la flauta travesera y la familia de los instrumentos de arco (violín, viola y violonchelo), pero lo importante era demostrar que aquellos jóvenes que fundaron Oxalys con el fin de abordar la historia de la música europea cuando sólo eran estudiantes del Real Conservatorio de Música de Bruselas han conseguido con creces su objetivo 20 años después. Se atrevieron y cumplieron con el clasicismo de Mozart, el post-wagnerianismo de Reger, el influjo beethoveniano de Ries y las delicias románticas de Puccini y Verdi.

Precisamente si Oxalys es hoy un nombre fundamental de la música de cámara mundial lo es por su versatilidad (pueden enfrentarse a partituras de todas las épocas).

La flauta de Toon Fret, los violines de Tatiana Samouil y Frédéric d'Ursel, la viola de Tony Nys y el violonchelo de Amy Norrington fueron los artífices de obrar la gesta musical. La expectación de su visita a Granada, aunque no llegó a completar el aforo, llevó a Radio Clásica y la Unión Europea de Radiodifusión a retransmitir la cita.

Los arcos de medio punto del Patio de los Mármoles arroparon una velada en la que el Festival se bajó de su escenario habitual en busca de mayor recogimiento para una velada de música de cámara que empezó con los cuatro movimientos de Ries que Oxalys grabó para el sello Fuga Libera en 2011. Continuó con el interesante arreglo de la formación del Finale del tercer acto de la ópera Ernani. Y tras la magnanimidad de este fragmento de Verdi, que el públicó aplaudió con entusiasmo, siguió con la seductora, graciosa y amable Serenata en Sol mayor Op.141 para flauta, violín y viola de Reger. Y terminó con dos de las obras más célebres del repertorio camerístico internacional: la bella Crisantemi para cuerdas de Puccini y el Cuarteto con flauta en Re Mayor K 285 de Mozart, que dejó en el auditorio el regusto cálido de todas las piezas clásicas de un género.

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