El órgano Hammond de Julián Maeso vuela solo

Julián Maeso ha sido uno de los músicos más inquietos de los últimos años y rastreando su trayectoria recorremos una parte importante de la más interesante música independiente hecha en España en lo que va de S. XXI, desde el pop o el rock clásico de aire setentero, hasta el funk o el soul jazz de vocación hedonista.

Ha formado parte de grupos como The Blackbirds, Speaklow, The Sunday Drivers y The Sweet Vandals, a los que ha aportado su talento como cantante, compositor y multiinstrumentista, aunque si por algo ha destacado ha sido sin duda por su impecable técnica con el órgano Hammond B3, del que puede considerarse uno de los más finos estilistas y verdadero especialista. Sus habilidades con este peculiar instrumento le han llevado igualmente a trabajar como músico de acompañamiento de artistas como Quique González o MClan. Ahora por fin da el salto definitivo y con su primer álbum en solitario publicado hace unos meses, Dreams are gone, se presenta al frente de una banda pero dando la cara por un trabajo excelso, arriesgado, hermoso y comprometido que se nutre de su amor por la música norteamericana de raíz, del country al soul y del folk al rock clásico, y que alterna la vena eléctrica con el sosiego acústico. Maeso es considerado por muchos el mejor Hammond del país, pero con este disco demuestra, además, sus dotes como cantante y especialmente como compositor. En él ha volcado toda su sabiduría, que mucho más allá de su habilidad con las teclas, se derrama por los surcos de las diecinueve canciones del álbum.

Canciones de lucha y de supervivencia, de esperanza y de sueños rotos, de compromiso y de superación de excelente acabado y arreglos precisos. En directo también ha dejado muestras más que de sobra de su talento. Y esta noche, a partir de las diez en BoogaClub, ningún aficionado al Rhythm&blues, al rock de calidad y sobre todo a las buenas canciones debería pasar por alto este concierto.