Artes plásticas

El principio de una nueva época

Algunos artistas participantes.

Algunos artistas participantes. / R. G. (Granada)

El diez de octubre de 2007 se ponía en marcha la Sala Artediario. Nacía un proyecto expositivo ideado por Diario de Jerez para contribuir al tejido artístico de la ciudad. El diario apostó por la difusión del Arte Contemporáneo casi desde su creación y, después de más de tres décadas, continúa con la labor de divulgar todo aquello que acontezca en la plástica que tiene lugar en cualquier sitio del territorio español y, a veces, también, de fuera de nuestras fronteras. En sus muros han colgado sus obras los artistas granadinos Paco Lagares, Carmelo Trenado, Pedro Cuadra, Chico López, Emilio Luis, Belén Mazuecos, Marisa Mancilla, Bernardino Sánchez Bayo y María Caro.

En un principio, la sala se destinó a los artistas jóvenes que más tuvieran que decir y que se consideraban valores de segura proyección. Para muchos fue el espacio de su primera muestra individual y para algunos el inicio de una carrera de éxito y lanzamiento para acceder a los mejores circuitos. Poco tiempo después, vendría la crisis económica, con el consiguiente problema para muchas salas que tuvieron que abandonar su objetivo de canalizar la obra de muchos autores. En el caso de las galerías, muchas se vieron obligadas a cerrar definitivamente. Se produjo un vacío manifiesto en la infraestructura expositiva y fue la propia profesión artística la que solicitó que Artediario se abriera al conjunto de la producción general. Así, a la sala comenzó a llegar nombres de absoluto reconocimiento. Pero llegó el COVID y su confinamiento, obligando a que todo quedara en suspenso. La propia historia existencial hizo cambiar el normal discurrir y, durante casi tres larguísimos años, todo quedó en una inquietante posición de incertidumbre. Con la situación normalizada era lógico que Artediario recobrara su función y se comenzó a trabajar para ello.

Para el inicio de esta nueva época expositiva, se creyó conveniente rendir un homenaje a los artistas de cercanía, a aquellos que, de una manera u otra, tuvieron algo que ver con la existencia de la sala y con el coordinador de la misma, bien porque su obra había estado expuesta, bien porque serán protagonistas de próximas muestras, bien porque han sido autores que han ocupado páginas del diario al ser motivos de la crítica que en él se realiza, o bien porque son artistas con alguna vinculación a los criterios artísticos que, desde siempre, se han tenido en el periódico. No obstante, un problema surgió al plantearse el comienzo de la nueva andadura y su primera exposición, una colectiva formada por muchos de los artistas que han sido partícipes de los postulados de Artediario.

Pero eran tantos que los espacios se iban a quedar pequeños. Imposible albergarlos a todos en una misma comparecencia. No se podía, ni se quería, convertir la sala en una amalgama inconexa de obras ni la presentación, sin ton ni son, de propuestas artísticas; no se quería llenar las paredes sin orden ni concierto, ni que la muestra fuera un extenso complejo de nombres. Se hizo una primera selección y se dejó todo abierto para una segunda, que tendrá lugar meses después. Además, se quiso que la muestra argumentara toda la amplia variedad de expresiones artísticas y sus más amplios lenguajes. También se tuvo la idea de que fuera un homenaje absoluto al arte contemporáneo, a sus diversos planteamientos, a sus abiertos postulados. No se quiso una exposición de nombres sino una muestra con todos los registros que conforman la creación actual. Así, desde la pintura en sus formas diferentes, el realismo veraz de lo que la mirada capta -Carmen Bustamante, Eduardo Millán, Antonio Lara, Bernardino Sánchez Bayo, Pepe Molina, Carmen Chofre, Antonio Barahona, Pepe Baena y Fermín García Villaescusa-; la interpretación de lo real -Agustín Israel, David Maldonado, Paco Lagares, Rocío Cano, Marisa Mancilla, José Manuel Reyes, María Luisa Rey, Jesús Rosa, Manuel del Valle, Mario Naranjo y Guillermo Bermudo-; los sucesivos episodios reduccionistas de la pintura hasta llegar a la más esencial abstracción -Pepe Salas, Juan Luis Rodríguez de Medina, Willie Márquez, Paco Pérez Valencia, Emilio Luis Fernández, Nacho Estudillo, Juan Ángel González de la Calle, Magdalena Murciano, Garikoitz Cuevas, Federico Jaime, Chico López, Herme Bellido y Pepe Márquez-; los amplios esquemas de la fotografía -Fran Núñez, Juan Salido, Belinda Rodríguez y María Caro -; la fortaleza plástica del dibujo -Manolo Cano, Humberto del Río, Carmelo Trenado, Belén Mazuecos, Pedro Cuadra, Malali Bachiller y Jesús Jiménez -; el supremo ejercicio de la obra gráfica -Wenceslao Robles el Equipo Creativo formado por Gabriela Diosdado Selma y Domingo Martínez-; también, la escultura con su dispar manifestación, en la muestra casi como bellos poemas artísticos -Gregorio Mariscal y Ana Millán-; así como un pequeño, pero contundente, guiño a la realidad intervencionista del arte -Mercedes Santos-.

Ante la complejidad de un montaje expositivo que recogiese la visión de cincuenta artistas, se buscó la sapiencia de uno de los más importantes museógrafos de España, Paco Pérez Valencia, que ha ideado una especie de gran obra con cincuenta elementos. Todos ellos constituyen una página de esa historia que encierra todos los planteamientos que intervienen en la creación contemporánea y que descubre esa compleja realidad de un arte que no se detiene en un único estamento expresivo.

La exposición es el   para una sala que se pretende pueda contribuir a la promoción y proyección del arte de este momento. Con ella se quiere que sea el comienzo de otras que vendrán para acercar la creación plástica a todos, a la vez que plantear, de una forma didáctica, los entresijos de una realidad artística abierta y sin complejos. En ello estamos.

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