Si es verdad que las apariencias engañan, en el caso del rapper Foyone, habría que decir que, además, desconciertan. Porque desconcierta ver a un rapero de dos metros de altura sentado pacientemente sobre un cubo en el puerto de Málaga practicando el deporte en el que la paciencia es una de las mayores virtudes, la pesca, al mismo tiempo que reflexiona en voz alta y con flow sobre lo divino y sobre lo humano con la vista clavada en el objetivo que lo graba. La estampa no tiene precio y solo es una aproximación al personaje Foyone, que saluda diciendo: "Hola humano, estás hablando con el reptiliano". Y en realidad es él el que habla de dios, de los alienígenas y de la droga que cocina en compañía de un enano en sus vídeos, habla sin pelos en la lengua de las putas y de la sagrada energía cósmica que todo lo mueve.

La música del malagueño es cruda, directa y visceral pero también onírica, surrealista, casi demencial. Sus peroratas comenzaron a ser conocidas mucho antes de que alguien pensara siquiera en publicar sus discos, antes de que sus modos pudieran considerarse profesionales. Fue allá por 2013 cuando colgó en descarga gratuita sus primeros temas con el nombre de Dólares Mentales. Al año siguiente continuó con El Patio, y en 2014 presentó lo que considera su primera entrega seria, El Mesías, aún sin apoyo por parte de sello alguno.

Pasó por Granada hace cosa de un año con ese trabajo y ahora vuelve con La Jaula de Oro, una nueva colección de canciones que refuerzan la leyenda que en tan poco tiempo se ha forjado. Bajo el aparente sinsentido que proyectan algunos de sus vídeos se esconde un mensaje profundo de lucha, esfuerzo, constancia, coraje, autosuperación, mucha espiritualidad y un áurea mística que lo hace único entra la fauna del hip hop.

En solo dos años se ha convertido en uno de los más reclamados artistas de rap en España e incluso en Latinoamérica, donde se dispone a marchar para conquistar México, Perú, Chile, Colombia, Argentina y Uruguay. Antes, esta misma noche, dejará su huella en La sala El Tren.