El viaje imaginario a India de Jorge Pardo
El artista presenta "Historias de Radha y Krishna" para cerrar 'Jazz hecho en España' en el Corral del Carbón
Jorge Pardo, saxos y flauta travesera, es sin duda uno de los músicos más prestigiosos y respetados del jazz hispano, una merecida consideración labrada con constancia, talento y humildad a lo largo de unos años en los que la lista de colaboraciones ilustres es seguramente la más brillante de todos los músicos españoles. Esta noche cierra la segunda edición de Jazz Hecho en España con la presentación de su último trabajo, un viaje imaginario que ha titulado Historias de Radha y Krishna y que lleva al directo con los teclados de Tony Romero, el bajo de Josué Ronkío, la batería de David Bao y la guitarra de Rycardo Moreno. El músico habla de este proyecto proyecto afrontado en Granada y de otras cuestiones históricas con él.
Los discos que hizo con Jayme Marques en los setenta y los de Dolores, el grupo con el que comenzó, son ahora objeto de culto. Incluso hay gente que pide 100 euros por uno de ellos, a lo que Pardo responde diciendo: "¿Sólo 100? Cómprelo. Es una ganga, en Inglaterra se cotizan al doble. Con el mercado de los dj's se pincha en un club nocturno y si gusta empieza a revalorizarse. Claro que tiene que tener la calidad suficiente para aguantar el tiempo. Un disco vale lo que quieran pagar por él".
Y sobre la posible reunión de los antiguos Dolores se muestra pesimista: "Una vez no invitaron en un pueblo de Madrid y al concierto le llamaron 25 años sin Dolores, pero yo no soy muy amigo de nostalgias y cada uno de nosotros estamos ya en otras cosas… Lo dudo"
Hablemos pues del presente. Sobre su nuevo trabajo dice que la idea que animó este proyecto es el amor, el amor y la pureza. "Luego fueron confluyendo cosas distintas: un viaje a la India, un libro (los escritos de Chandiasa) que cae en mis manos de los amores de Radha y Krishna y una historia de amor. Esos fueron los elementos sobre los que me puse a trabajar en Granada, donde conocí a muchas personas vinculadas a la cultura, sobre todo a la urbana, la callejera, que es la que más me gusta; y ahí apareció El Niño de la Pinturas".
Así pues algo de música hindú inspira esta aventura. No está muy claro que el flamenco y la música hindú estén tan cerca, para unos sí, para otros no, y para los terceros casi tiene que más ver con tradiciones rítmicas africanas, ¿cómo se come esto? "El flamenco pese a quien le pese es una música que en su mismo crisol tiene elementos de muchas culturas. La de los gitanos sí, pero también la andalusí, la bereber, los cantos sefarditas, el folclore castellano… Y a la vez que es permeable hace permeable a las demás músicas que se le acercan. Las músicas con mayúsculas llegan de y a cualquier punto del mundo, o del corazón".
Ali Farka Touré defiende que todas las músicas son de 'ida y vuelta' y que la 'ida' fue desde África. Jorge ríe y concluye que "la famosa Lucy es nuestra madre común".
Ahora que nos llegan gentes de otras culturas, ¿lo que suene en unos años tendrá influencias sirias, afganas..? "Supongo que sí, -continúa Jorge Pardo- la actividad musical del planeta me atrevo a decir que siempre ha sido así, viajera. Los músicos somos itinerantes y recogemos influencias de todos los lados. Ahora, actualmente la velocidad de ese viaje es inmensa y así, en Vejer de la Frontera podemos trabajar con un compañero de Madagascar como si estuviera al lado. El mundo es cada vez más pequeño, pero su grandeza reside en su intangibilidad más que en su tamaño", concluye.
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