HACE unos días conocimos la dramática noticia que informaba de que una adolescente de 16 años se suicidó como consecuencia de la situación generada por el acoso de un compañero de su instituto, en Madrid. Lógicamente, esta trágica noticia y el acoso al que estuvo sometida la adolescente durante varios meses han generado multitud de noticias pero escasos análisis y reflexiones.
Es difícil saber cuál es en realidad la situación de nuestras aulas en lo que se refiere a este tipo de fenómenos, pero este caso ha puesto de manifiesto una inadecuada respuesta institucional y quizás también social ya que, al parecer, los hechos eran conocidos por haber sido denunciados a las autoridades educativas.
Pocas cosas hay mas denigrantes para una persona que el ser sometida y vejada por otra; los daños personales y psicológicos son de gran magnitud. Y estas situaciones no se dan solo en las aulas sino que en el ámbito laboral hay cada vez más casos conocidos. Pero es que en las aulas es aún más dramático que existan casos de acoso. Por eso, todos los esfuerzos para evitarlos o para asegurar la detección precoz, son pocos. Y en el caso de Madrid, al parecer también se concluye falta de recursos.
Pero es en el ámbito de la familia donde tenemos que concentrar buena parte de los esfuerzos para esa prevención y detección precoz. Y un somero y superficial análisis del caso al que me refiero hace pensar que a las familias se le pueden escapar muchas de las claves en estos asuntos por lo que puede ser muy difícil actuar preventivamente. Mi impresión es que este asunto debe ser una prioridad para las autoridades y para las familias con niños en edad escolar.
Desde ese punto de vista conviene plantearse una acción coordinada que haga posible conocer los signos o síntomas del problema para su detección precoz en el ámbito escolar y familiar, una actuación educativa especifica para trabajar en prevención y disponer de los recursos necesarios que permitan a los profesores y a los centros educativos actuar con eficacia.
Ojalá sea esta la ultima noticia de acoso en las aulas que se produzca. Para ello hemos de implicarnos todos al máximo. El lema debe ser el de tolerancia cero con el acoso en las aulas para acabar con esta lacra. Y la concienciación debe ser máxima. No ponemos permitirnos el lujo de ignorar esta realidad.
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