Acoso escolar hoy

Tenemos que poner el foco y priorizar recursos y apoyo a los adolescentes y a sus profesores

En los últimos días, tras diversos intentos de suicidio en adolescentes (uno de ellos, el de las dos gemelas de Sallent, con el fallecimiento de una de las dos hermanas), hay una sensación de desbordamiento en el ámbito escolar por el acoso en las aulas, algo que cada vez parece más evidente que ha sido un condicionante clave en estos sucesos.

Las informaciones provenientes del sector del profesorado apuntan que se sienten desbordados por el impacto de la pandemia en la salud mental de nuestros adolescentes y las consecuencias en términos de incremento de los casos de acoso.

Sinceramente creo que hay un problema de enorme magnitud en el que la principal responsabilidad está en las familias que, en muchas ocasiones, desconocen o tapan o justifican lo que hacen sus hijos en las aulas con sus compañeros y compañeras. El acoso entre alumnos es un caso de violencia de enorme gravedad del que las familias y la sociedad no podemos inhibirnos.

También, en ocasiones, el profesorado podría hacer mucho más para detectar precozmente las situaciones y ponerle coto con estrategias protocolizadas y eficaces. La implicación en la lucha frente al acoso es también imprescindible.

Pero es verdad que también hacen falta recursos humanos cualificados apoyando a familias y profesorado; en especial, profesionales de la psicología así como herramientas y competencias para gestionar las situaciones de acoso que, hay que reconocer, son de enorme dificultad para su gestión.

Y es que no debemos renunciar a evitar que sucedan situaciones de abuso y violencia como las que suponen los casos de acoso escolar; una sociedad avanzada como la que aspiramos no puede permitir el acoso. Tenemos que poner el foco y priorizar recursos y apoyo a los adolescentes y a sus profesores.

A poco que miremos alrededor, se puede apreciar un cierto cambio de valores entre los adolescentes (hay quien lo llamaría deterioro) en el que las redes sociales podría también estar jugando un papel importante. Así que la escuela y la familia han de tomarse en serio este asunto. Y los poderes públicos también, con apoyo psicológico accesible a todos.

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