Mar adentro

milena Rodríguez / gutiérrez

Alta capacidad

GRANADA es una ciudad feriada: no sólo el libro tiene la suya. En medio de la Gran Vía de Granada, por ejemplo, se está desarrollando en los últimos meses otra Feria, mucho más grande y voluminosa. El Ayuntamiento desmantela las aceras que arregló (es un decir) hace algunos años para poner en su lugar otras distintas, sin los bordes asesinos que les dejaron entonces. No las quitan para no asesinar, sino para que no molesten al nuevo autobús estrella, especialmente diseñado para el centro de la ciudad. Línea de Alta Capacidad, la llaman con gran pompa. Parece que con los bordes asesinos el autobús estrella no entra bien en la calle principal y es necesario hacerle sitio.

Se trata de un autobús muy gordo con unas ruedas enormes que dará viajecitos muy cortos sólo por el centro. Irá y volverá con 180 personas del centro al centro. Varias veces al día. Los que viven en un barrio y van a otro barrio cogían hasta ahora un autobús: con la Alta Capacidad cogerán tres. Habrá un autobús sin pompa para cada barrio de Granada (autobuses lanzaderas los llaman) y sólo el muy gordo y pomposo para trasladarnos por el centro. Iniciativa espectacular del ayuntamiento granadino, sin precedentes en ninguna ciudad del mundo. Gente antigua y estúpida la del resto del mundo, gente idiota que intenta ganar tiempo montándose en el menor número posible de medios de transporte; en uno solo, si se puede. Gente que sueña con llegar pronto a alguna parte y con alargar los trayectos de un único autobús. Gente que ignora la alta capacidad granadina para subir y bajar una y otra vez de cuantos más autobuses mejor. La alta capacidad granadina para moverse cuanto más mejor en busca de la lentitud y la demora. La alta capacidad granadina para subir y bajar una y otra vez del mismo autobús sin salir nunca de su propio centro.

Algunos pequeños detalles: la feria de las aceras con los bordes asesinos se pagó con nuestro dinero; me refiero al de todos los habitantes de la ciudad, por supuesto (más de 5 millones dicen que costó esa feria). La feria del autobús muy obeso con unos viajes muy cortos se pagará también del mismo e idéntico bolsillo. Tal vez sea por eso que estas ferias ayuntamientísticas se repiten tan a menudo, y resultan tan espectaculares. Lo que ya no resulta tan entendible es la alta capacidad de los granadinos para apoyarlas, o para fingir que las apoyan, que no es lo mismo, pero es igual.

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