La esquina

josé / aguilar

Asuntos internos

EL presidente de la Generalitat ha cosechado un estrepitoso, y cantado, fracaso con su peregrina idea de mandar cartas a la Comisión Europea y a los presidentes o primeros ministros de todos los Estados miembros -bueno, todos menos el de España- comunicándoles su proyecto de referéndum secesionista y pidiéndoles comprensión y apoyo.

Ninguno le ha contestado. El único que lo ha hecho, el presidente de la Comisión, Durao Barroso, ha recordado cortés y escuetamente lo que habían repetido con anterioridad él mismo y otros responsables de la Comisión: la ruptura con España supondría la salida inmediata de Cataluña de la Unión Europea. Y su mero planteamiento constituye un asunto interno de España, que ha de resolverse en España.

Esta iniciativa destinada fatalmente a caer en la irrelevancia refleja bien que el estado de ensoñación febril en que se ha sumido Artur Mas le hace perder contacto con el principio de realidad, sin el cual uno puede ser cualquier cosa menos gobernante. En realidad, la misiva de Mas está concebida para el mercado interior, porque si de veras se busca apoyo internacional hay que hacerlo con discreción y tejiendo complicidades en los segundos niveles de los gobiernos, no con cartas abiertas que de antemano se sabe cómo van a ser contestadas. Con el silencio o con el rechazo.

La pérdida de relación con los hechos objetivos se nota en las reacciones del entorno de Mas. Una fuente de la Generalitat -no identificada, tal vez porque le haya dado vergüenza- ha comentado así la contestación de Durao Barroso: "Una respuesta tan rápida demuestra que el tema catalán está en la agenda europea". Las carcajadas habrán llegado hasta Bruselas. Un notable periodista, abencerraje del catalanismo, le ha dado otra vuelta de tuerca al asunto: al expresar la UE tan claramente que el conflicto de Cataluña es un asunto interno de España, lo que realmente hace es incitar a Mariano Rajoy a resolverlo negociando la propuesta independentista con la Generalitat. Más retorcido no puede ser el argumento.

Las excursiones internacionales de Artur Mas desde que, tras perder las elecciones autonómicas, abrazó el proyecto de los que le habían arrebatado los votos, se han coronado con esta carta con ínfulas en la que se dirigía a los líderes europeos como a sus iguales y con el ninguneo de todos ellos. Da igual. Mas se ha declarado inmune a los requerimientos de la realidad.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios