El terrible incendio que ha afectado a a dos bloques de viviendas en Valencia nos ha impactado a todos con las horribles imágenes de un fuego devastador y fuera de control, mientras los bomberos luchaban con todas sus fuerzas para minimizar los efectos de esta tragedia.

Especialmente impresionante ha sido el episodio en el que los bomberos terminan rescatando a dos personas que aguantaban en el balcón de uno de los pisos, mientras durante un tiempo que se hizo eterno intentaban apagar las llamas y enfriar la zona hasta poder acercar la cesta elevada con éxito. De todos los momentos que hemos presenciado, este es uno de los más impactantes.

Es una prueba de la importancia de disponer de servicios públicos que hay que recordar que se pagan con los impuestos de todos los ciudadanos. Los bomberos valencianos, como los bomberos de toda España, son un recurso público que hay que poner en valor.

Los bomberos, la policía, la Guardia Civil, los médicos, las enfermeras, los militares de la Unidad Militar de Emergencias (UME), los funcionarios de protección civil y un sinfín de funcionarios públicos, hacen posible la seguridad a la que aspiramos en la sociedad actual. Es la importancia de lo público que, sobre todo en situaciones como las vividas el jueves por la tarde con este pavoroso incendio, permiten minimizar el impacto de la tragedia y salvar vidas.

Los bomberos de Valencia merecen todo nuestro aplauso por su profesionalidad, su dedicación y su capacidad de sacrificio. No olvidemos que varios de ellos están heridos como consecuencia de su arrojo y su valentía luchando frente a las llamas.

Tiempo habrá para conocer todas las circunstancias que rodean el caso y para saber las razones por las que un edificio relativamente moderno ha ardido con esa tremenda rapidez y facilidad. De este hecho deberán obtenerse conclusiones para revisar las normas de seguridad en las construcciones.

Pero, además de mostrar la solidaridad con las víctimas y las familias afectadas, ahora es momento de mostrar gratitud y admiración por los bomberos valencianos. Y por todos aquellos funcionarios que nos hacen sentir orgullo de los servicios públicos.