Mar adentro

milena Rodríguez / gutiérrez

Castigo divino

AUNQUE las haya ganado en las urnas, el PP ha perdido las elecciones en toda España. Hay victorias que no son tales, porque que no sirven para lo que se pretendía lograr con ellas. Recortes, Corrupción y Soberbia (escritas con mayúsculas) acaso sean las causas mayores de esta des-victoria. Quizás algunos ciudadanos podrían tolerar (de hecho, han tolerado) algunos de estos rasgos en solitario, pero todos juntos provocan un profundo rechazo.

En el municipio de Granada, y aunque el alcalde en funciones nada haya reconocido, declarando que la pérdida de 5 concejales y de su mayoría absoluta se debe a la "ola" nacional contra el PP, me parece que existen razones particulares, o extra, para la des-victoria del partido. Una muy importante es la desastrosa gestión del transporte público de esta ciudad, convertido, desde la puesta en marcha de la llamada LAC hace ya ¡¡un año!!!, en un círculo infernal para los granadinos. Sobre todo los habitantes de los barrios de Granada, han sido condenados a una especie de limbo. No haber recibido el bautismo de vivir en el centro, ha convertido sus vidas en un perenne e inacabable transbordo. La LAC los ha vuelto Sísifos que suben y bajan sin cesar de un autobús a otro. Da igual que sean mayores o minusválidos, que llueva o esté nevando; que vayan con prisa a sus trabajos o que regresen de ellos muy cansados.

En estos tiempos en que no abunda la humildad entre los Populares, estamos viendo una transformación asombrosa en Valencia, la del señor Benavent. Este ex Popular ha pasado, de alto cargo del partido y corrupto ejecutivo con chaqueta y mucho dinero, a ser convencido defensor alternativo del 15-M, con camiseta y pendientes. Robaba, ha dicho arrepentido, porque era un "yonkie del dinero". Más que arrepentimiento, el caso del señor Benavent parece el símbolo de un castigo divino, o una brujería que ha caído sobre el PP. Un acto de realismo mágico latinoamericano. Quién sabe si en los próximos meses no veremos peregrinar por toda España a diversos ex altos cargos del Partido Popular en mágicas curas de humildad. Quién sabe si dentro de unos días, el alcalde y los concejales del PP de Granada no saldrán arrepintiéndose, declarando que eran algo así como yonkies de la plaza del Carmen. Y con pantalonetas y pircing, los veremos subir y bajar sin cesar de la LAC, deseando pagar sus culpas y pidiendo no llegar nunca a ninguna parte.

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