Confía en ti mismo, ésa es tu fortaleza

UN pájaro posado en un árbol nunca tiene miedo de que la rama se rompa, porque su confianza no está en la rama sino en sus propias alas. Cree siempre en ti". Comienzo el artículo de esta semana con esta bonita frase que me escribía el otro día una buena amiga, precisamente para felicitarme por mi contribución a este diario con esta columna semanal. Me hizo pensar, me alegró, y de alguna forma me invitó a escribir sobre la confianza en uno mismo, pilar incombustible en el correcto desarrollo personal y tan mermado muchas veces por la acción de quienes nos rodean.

La vida puede ser efímera, el lugar para los sueños y proyectos en ocasiones también, y lo que has de tener claro es que si quieres puedes, sobre todo si lo que anhelas es realista pero a la vez desafiante.

El motor de la acción está en aquellas cosas que nos ilusionan y si somos capaces de darle sentido común a lo que nos ilusiona, cualquier proyecto de vida, laboral, sentimental, etc., puede alcanzarse.

No dejes que quienes te rodean y dicen quererte echen por tierra tus sueños, tus proyectos, tus metas, no si lo hacen desde una postura egoísta. Escúchales, puede que su visión sea más objetiva, pero si después de un concienzudo análisis y tras una constatación "popular" con otras personas y con otras visiones esa idea, ese sueño, ese proyecto tiene futuro, lánzate a por él y no desfallezcas en el empeño. Al menos quédate con la sensación de haberlo dado todo, confía en ti, y confía en tu esfuerzo.

Querer es poder, y si pones toda la carne en el asador, si entrenas más y mejor que tu rival, lo normal es que con el tiempo seas más y mejor que tu rival. En esto no hay secretos, sólo trabajo, sólo confianza, sólo dedicación y esfuerzo. Confía en ti, cree en ti, ilusiónate con tus sueños, e intenta dormir en ellos cada noche al acostarte.

Yo creo firmemente en los míos, creo en mí, y tú… ¿crees en ti?