Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Confinados y apestados

Sánchez celebra el Halloween echando el muerto a las autonomías de parar al Covid anulando derechos

El presidente Sánchez, ante su fracaso frente a la trágica pandemia del coronavirus, lo ha trasladado a las autonomías para esconder su responsabilidad cuando tomó el mando único. Es verdad que lo principal en estas circunstancias es salvar vidas y, por lo tanto, evitar al máximo los contagios que en demasiados casos acaban de forma letal, hasta el punto de habernos convertido, con cifras reales cercanas a los 60.000 fallecimientos por el Covid-19 -insisto no en las cifras, sino en las personas y el drama humano-, en el país proporcionalmente más mortífero de Europa. Bajo el estado de alarma que don Pedro prolongará hasta el 9 de mayo, los presidentes autonómicos han cargado con el 'muerto' de decidir sobre derechos ciudadanos básicos, como es la libertad de movimientos. Esta semana -la de los difuntos, por cierto, o del Halloween, que Sánchez celebra a su manera- la mayoría de las regiones han sido confinadas por la autoridad delegada. Pero una cosa es contener esos contagios con medidas inteligentes, aunque sea a costa de vulnerar por un tiempo derechos fundamentales, bajo control jurídico, parlamentario, social y, por supuesto, sanitario, y otra establecer ridículos 'confinamientos perimetrales' que no se limitan sólo a comunidades autónomas, sino a municipios y hasta barrios colindantes, donde se establecen fronteras que pueden ser vulneradas, en algunos casos, hasta por cruzar de una acera a otra.

Ha ocurrido, por ejemplo, con Granada, metida, antes del confinamiento de la región, en el saco de apestados -seguramente con razón por incivismos o inconsciencias diversas-, con su capital y una treintena de municipios, donde la gente no puede entrar o salir libremente, a pesar de tener su residencia en poblaciones del cinturón, y en la capital están sus centros de estudio, trabajo, familiares, sanitarios, comerciales, etc., etc. Para llegar a algunos de ellos les exigen -en un ensayo de estado policial- un salvoconducto aduanero, so pena de sufrir multas y sanciones por ejercer derechos mínimos ¿Puede un granadino de la capital o de sus municipios afectados visitar a un familiar en la Zubia, Ogíjares, Alhendín, Armilla o viceversa? ¿Quién puede ir a la Alhambra, a Sierra Nevada o incluso al macrocomplejo comercial de Armilla?

Andalucía está confinada, pero algunos municipios, al parecer, están en el grupo de apestados. Aceptemos los toques de queda nocturnos, aplaudamos que los jóvenes no puedan hacer botellones y fiestas contagiosas, limitemos las relaciones sociales, pero parece absurdo establecer fronteras entre municipios o barrios cercanos, sin existir todavía arresto -perdón, confinamiento- domiciliario. Los Covid se estarán muriendo, pero de risa.

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