Cambia, todo cambia

Covid: riesgo y precaución

Frente a la sociedad del riesgo debemos utilizar el principio de precaución

Nuestros conocimientos de la Covid-19 son tan escasos como el tiempo que lleva esta enfermedad afectando a la humanidad. Incluso algunos de los datos que tenemos añaden más incertidumbres que certezas a nuestro saber limitado. Si a esto le sumamos un mundo atravesado por desigualdades extremas y por una degradación ambiental creciente, nos encontramos con que nuestras instituciones están siendo incapaces de controlar la pandemia y protegernos de la enfermedad.

Hace varias décadas que el sociólogo alemán Ulrich Beck propuso el concepto sociedad del riesgo para explicar esta realidad que ahora se expresa con la crudeza del millón de muertos. La modernidad, la industrialización y la globalización neoliberal hacen que los riesgos generen daños crecientes incrementando cada vez más las desigualdades en todos los ámbitos.

La actual pandemia nos ha situado en la desnudez frente al espejo, demostrando nuestra impotencia para controlar los conflictos que genera el actual modelo económico. Los problemas ambientales y sanitarios crecen mucho más rápido que nuestra capacidad de analizarlos y corregirlos. El desarrollo tecno-científico se produce a tal velocidad que hace tiempo que perdimos el control, de hecho muchas de las decisiones que se toman se hacen con un alto nivel de ignorancia e incertidumbre. Por ejemplo las grandes empresas químicas y agroalimentarias introducen compuestos químicos en nuestros ecosistemas y en nuestros cuerpos generando un aumento en la incidencia de cáncer y otras enfermedades, y haciéndonos más vulnerables a pandemias como la actual sin que los gobiernos hayan respondido adecuadamente.

Por eso, frente a la sociedad del riesgo debemos utilizar el principio de precaución. Como señaló Joel Tickner hace 20 años, es fundamental "renunciar a aquellos sistemas tecnológicos que llevan consigo catástrofes normales y optar por tecnologías alternativas que nos resguarden de riesgos estructurales". Esto significa que entre otras acciones urgentes, debemos relocalizar y simplificar urgentemente nuestros sistemas alimentarios actuales pues destruyen ecosistemas y se basan en el consumo exacerbado de carne procedente de la agroindustria. No en vano, además de otras muchas consecuencias adversas, el efecto combinado de ambos procesos ha favorecido la aparición de la Covid-19.

Tanto en la emergencia actual como en las estrategias de futuro hay que apostar por reducir el riesgo y aplicar el principio de precaución.

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