Una pareja falleció hace once años en la cocina de su casa, en el Zaidín, debido a una intoxicación motivada por el fallo en un calentador. Uno de sus hijos encontró los cadáveres al volver de su trabajo.
Los errores de la burocracia de la Junta mantenía cerrado el denominado Distribuidor Norte, con lo que no se podía aliviar el tráfico de los barrios del lugar.
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