Epi y Blas en el armario

Los absortos espectadores infantiles no debieron caer en la cuenta de la identidad sexual de Epi y Blas

Hace ya casi cuarenta años, en la primera cadena de Televisión Española se estrenaba Barrio Sésamo, programa infantil directamente inspirado en el original estadounidense Sesame Street, de 1969. Hasta el año 2000, se emitió en distintas temporadas discontinuas. Dos de sus personajes principales, Epi y Blas, resultan especialmente familiares para los espectadores de entonces, algo metidos en años en este tiempo, que no se preguntaban antaño por la identidad sexual de los dos muñecos. El atractivo de ambos no era otro que su complementario antagonismo, hasta estético, y la convivencia armónica que, aun así, resultaba posible. Tal era, por ello, uno de los propósitos de ese programa infantil; si bien, hogaño, su guionista se ha descolgado diciendo que Epi y Blas eran gais aunque no hubieran salido del armario. El desmentido, sin embargo, no ha tardado, y los productores de Barrio Sésamo abogan por la aceptación e inclusión como rasgos distintos de un programa en el que Epi y Blas eran, sencillamente, buenos amigos, los mejores amigos. Ciertamente presentados como personajes masculinos, con rasgos humanos, pero al cabo marionetas sin orientación sexual. El circunspecto Blas, con su cabeza como un limón alargado, una ceja corrida en el rostro, la nariz ovalada, la boca sin expresión, horizontal como la ceja, y un único mechón de pelo espigado. Y el bromista Epi, de cara más redonda, sonrisa de boca grande y abierta, y una mata de pelo extendida. Antagonistas también en la apariencia, para hacer visible, ante las absortas miradas infantiles, que la amistad sortea diferencias y acerca a los contrarios. Puestos en las disquisiciones de la identidad de género -para sacar del armario a los que entonces no salieron o más bien no estaban dentro-, cabría hacer lo propio con Espinete, el erizo gigante antropomorfo, y su inseparable amigo don Pimpón, también personajes de Barrio Sésamo. O practicar todavía más escrutinios para resolver la cuestión en el caso de los Teletubbies, el programa de televisión originario de la cadena británica BBC, con muñecos redondeados de grandes orejas y un tubo en la cabeza a modo de antena con diversas formas. Uno de esos muñecos, Tinky Winky, el teletubbie morado, fue así objeto de polémica por su presunta relación con la homosexualidad.

En fin, la memoria histórica se cruza con la memoria de género y cuánto desconocían los niños de entonces, sin que hayan perdido la memoria.

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