Durante la pasada década muchos países europeos han legislado para elevar la edad de jubilación. La justificación habitual es que la gente vive ahora más años que antes y se deben, por tanto, trabajar más años. Sin embargo, en Inglaterra, al poco de aumentar la edad legal de jubilación, un informe de uno de los institutos científicos más prestigiosos del Reino Unido concluyó que más de la mitad de la población activa británica no podría alcanzar la edad de jubilación establecida legalmente por su Gobierno, sino que se jubilarían antes porque, con la edad, muchos desarrollan alguna enfermedad crónica o alguna limitación que les hace difícil, inseguro, o perjudicial continuar realizando las tareas de su trabajo.

La capacidad laboral es la percepción que tiene un individuo de su capacidad para hacer frente a las demandas físicas y mentales de su trabajo. La evidencia científica señala que con la edad se pierde capacidad laboral, pero esta pérdida no afecta a todos los trabajadores por igual, ni en el mismo grado. Por ello hay una intensa actividad investigadora dirigida a identificar los factores que previenen o reducen el impacto que el proceso natural de envejecimiento que acompaña a la edad tiene en la capacidad laboral.

El factor más determinante son las condiciones de trabajo, que, cuando no son adecuadas, desgastan progresivamente a los trabajadores hasta causar daños a su salud, accidentes, o simplemente los obliga a trabajar con dolor. Especialmente perjudiciales para la capacidad laboral son los trabajos que implican el uso de la fuerza, aquellos que exigen una intensa concentración o los que obligan a trabajar a turnos, por ejemplo. También disminuyen la capacidad laboral aquellos puestos donde se sufren agresiones, discriminación o violencia. Y, finalmente, la facilidad para conciliar la vida laboral y familiar es el tercer factor determinante de la capacidad laboral. En resumen, trabajar durante años en condiciones inadecuadas sobre estos tres factores "quema" física y psicológicamente, hasta hacer inviable la continuidad laboral a medida que se envejece.

Si el Gobierno de España pretende seriamente prolongar la vida laboral en el país, debe comenzar por garantizar unas adecuadas condiciones de trabajo, seguridad y ausencia de violencia en todos los puestos, y promover la conciliación de la vida laboral y familiar. Si no se hace así, corremos el riesgo de volver a épocas donde el trabajo era sinónimo de esclavitud.