Cambia, todo cambia

Felipe Quispe y la soberanía energética

Una vez más le tocó vivir la guerra que se despliega en nuestros tiempos por los recursos energéticos

El pasado 19 de enero, falleció el dirigente indígena y campesino boliviano Felipe Quispe Huanca. "Lucho para que mi hija no sea su sirvienta" fue la respuesta que dio a una periodista en el momento de su detención en La Paz (Bolivia) en 1998, después de que le preguntaran por qué se había levantado contra el gobierno. Esta frase pone al descubierto las desigualdades estructurales que se han fraguado en los pueblos del sur y la razón última de sus reclamaciones soberanistas y anticoloniales.

La referencia de este personaje latinoamericano nos evoca a los movimientos campesinos en Andalucía representados desde los años 70 por el Sindicato de Obreros del Campo, actual SAT. Sus propuestas de reparto de la tierra se producen en un contexto similar de desigualdades estructurales que ubican a las mujeres de los pueblos del sur, sean latinoamericanas o andaluzas sin otro horizonte que no sea el de dedicar su vida a ser empleadas domésticas.

El aymara Felipe Quispe Huanca lideró procesos emancipatorios de los pueblos indígenas y campesinos como lo fue la Guerra del Gas (2003) donde el pueblo boliviano reclamó su soberanía sobre los recursos energéticos nacionales, llegando a derrocar al entonces presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Como otros mandatarios latinoamericanos, huyó a Estados Unidos para evitar responder ante el pueblo y la justicia de su país, a pesar de ser responsable del despojo de los recursos naturales bolivianos y de decenas de asesinatos.

La última gran batalla de Felipe Quispe Huanca fueron las movilizaciones populares contra el golpe de estado en Bolivia de 2019. Una vez más le tocó vivir la guerra que se despliega en nuestros tiempos por los recursos energéticos. Es clave señalar que los importantes yacimientos de litio que alberga Bolivia son demandados actualmente para surtir a las baterías de los vehículos eléctricos con los que una minoría privilegiada pretende seguir conduciendo coches durante unas décadas más. Fue Elon Musk, fundador de Tesla y el hombre más rico del planeta, quien dijo en su twitter "Daremos un golpe de Estado a quien queramos. Lidiad con eso" cuando le preguntaron por el golpe de estado en Bolivia. Así reconocía que los países más poderosos y sus élites que siempre han promocionado las guerras por petróleo, harán lo que sea necesario para quedarse con el litio y otros recursos esenciales de la transición energética.

Felipe Quispe Huanca será siempre un ejemplo para las resistencias de los pueblos y los territorios que los gobiernos del Norte Global y sus multinacionales pretenden seguir sacrificando con la intención de mantener sus estilos de vida insostenibles.

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