Lo del alcalde de Granada no apoyando los intereses ferroviarios y económicos de la ciudad a la que representa es para 'correrlo a gorrazos' y darle un boleto para el Ramal Central. Parece una locura que algunos políticos a los que le toca de lleno el asunto del Corredor Mediterráneo no sepan a ciencia cierta ni en qué consiste la historia. Es algo muy de aquí, muy de estos lares, lo de ponernos zancadillas y no luchar por lo nuestro. No es de extrañar que haya obsesos del Granadexit.

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