Cajón de sastre

Francisco González / García

Mentirosos con escaño

26 de julio 2016 - 01:00

Lío, lío, que yo no he sido. Esa era la cancioncilla que usábamos en un juego infantil en tiempos pasados; incluso creo que se sigue usando entre los chavales. He estado esperando oírla en los últimos días cuando hablaban los diferentes partidos políticos que tenían que explicar de dónde habían salido ciertos votos. La conclusión era que "lío-lío yo no he sido" o que éramos tontos o bien que los eminentes diputados y diputadas son mentirosos compulsivos. Casi tanto como el resto de los ciudadanos que mentimos al declarar lo que vamos a votar y luego, claro, las encuestas fallan estrepitosamente.

Mientras buscamos el incierto origen de esos votos seguimos sin gobierno y sin presupuestos; y todo son suposiciones de si aquellos votarán en blanco o estos a favor pero a medias y los de más allá pueden ejercer una abstención técnica. No dirán ustedes que junto a parecer unos perfectos mentirosos nuestros políticos no derrochan ingenio. Lástima que lo usen con tanto empeño para aferrarse a sus escaños y con tan poco para resolver nuestros problemas.

Dirán ustedes que ya sabemos los que fueron pero ¿quién nos asegura que quien habla dice la verdad? ¿Qué problema había en reconocerlo claramente a la primera pregunta? Resulta que en una cuestión no baladí, pero si algo menor, la respuesta que recibimos la ciudadanía es el "lío-lío yo no he sido" y el disimulo. La excusa de que ese voto es secreto me provoca la risa puesto que en votaciones mucho más importantes podemos saber perfectamente el sentido de los votos.

En definitiva yo sigo enfrascado en un mar de dudas (o mentiras), acrecentadas al comprobar que el Congreso y Senado se pueden convertir en una especie de templo que protege a los que no cumplen con el octavo mandamiento. Para aquellos que no recuerden sus clases de religión (católica) es el que dice aquello de "no mentirás". Decir que el voto es secreto se convierte en una especie de "me acojo a sagrado" y nada me ocurre.

Me dirán que soy un exagerado, bueno pues miren ustedes a alguna senadora levantina acalorada que ya tiene su sillón; contemplen a otro diputado de Despeñaperros para abajo que dice que no hay que cumplir las leyes y que defiende a los que asaltan supermercados o pegan puñetazos a alcaldes. Revisen las listas de políticos imputados por incumplir no el octavo sino casi cada uno los diez mandamientos y me cuentan. La verdad, claro. Vale.

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