Mar adentro

milena Rodríguez Gutiérrez

Muros en el muro

QUIZÁS el cartel más emocionante que uno ve cuando va recorriendo el muro de Berlín, o el tramo más extenso que queda de él, un tramo de poco más de 1 kilómetro conocido como la East Side Gallery, sea el mural azul oscuro titulado "Curriculum Vitae", firmado por la artista de Berlín oeste Susanne Kunjappu Jellinek. El "Curriculum" consiste en la enumeración de cada uno de los años que duró el muro, desde 1961 hasta 1989. En medio de esas fechas dibujadas en negro hay pequeñas rosas pintadas, como homenaje a los muertos o asesinados que intentaron cruzar el muro. Varios letreros de homenaje a esos muertos y asesinados se inscriben sobre el mural; el principal, podría traducirse como "La fuga es uno de los métodos más eficaces para desestabilizar al poder".

Pero tal vez lo más emocionante del muro no está en todos estos carteles y murales que se pintaron hace ya algunos años, justo después de la reunificación de Alemania. Acaso lo más emotivo del muro es que está vivo. Ahora mismo, por ejemplo, justo detrás de la East Side Gallery, que comprende la cara este del muro, hay una exposición muy especial titulada Wall on the Wall. Fotos de los muros actuales, los de ahora mismo, aparecen así tras los restos del viejo muro caído, precisamente en su cara oeste, occidental. El muro del pasado, el muro por antonomasia, denuncia los muros del presente. Fotos, impactantes fotos, del muro en Bagdad, del muro en Belfast, del muro entre Israel y Palestina, del muro entre Estados Unidos y México, del muro entre Corea del Norte y Corea del Sur, del muro entre España y Marruecos, pueden verse así detrás del muro berlinés. Y en las fotos, gentes, humanos diversos en edades, razas, sexos, culturas, estatus económico, perplejos ante los muros o casi acostumbrados a ellos. Todos atrapados detrás de rejas, de cercas, de paredes que no construyeron ni levantaron y que les impiden salir, moverse, respirar, tocar a los del otro lado.

Que el viejo muro de Berlín sirva para denunciar los nuevos muros que se levantan hoy fuera de Berlín es un mérito del viejo muro y de los berlineses. Hay pueblos que aprenden del pasado y otros que no lo consiguen. Hay pueblos que, incluso, tienen la generosidad de poner su oscuro pasado a disposición de otros para que estos vean lo oscuro de su propio presente. Y es que no se trata sólo de no olvidar, hay que saber también cómo, y de qué modo, recordar.

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