Mirada alrededor

Juan José Ruiz / Molinero

Obama, el tibio

CUANDO Obama accedió a la presidencia de los Estados Unidos de América, le dediqué una 'mirada' bajo el título 'La última esperanza'. Aparte de tonterías de 'concentraciones planetarias' con la que alguna política nos amenizó la fiesta, todo el mundo esperaba que Obama inaugurara una etapa de paz y de justicia, con la que tan alejados habían estado los gobiernos de la gran nación americana en los últimos tiempos, sobre todo con la absurda y criminal invasión de Iraq.

Sin embargo, todavía no hemos visto una postura firme en conflictos tan inhumanos e injustos como el de Oriente Medio, con la prepotencia de Israel, aplastando a los palestinos y, de paso, haciendo que esa política de Tel Aviv le dé alas a los grupos más radicales y violentos, como Hamás, elevando a una cifra incalculable el número de víctimas civiles: en las guerras constantes, desde la famosa de los 'seis días'; en los campos de concentración o en las poblaciones de cualquier lugar del territorio, incluido la zona de Gaza, hoy aislada, sin posibilidad de que llegue la más mínima ayuda humanitaria, donde los hospitales no tienen medicinas ni incluso desinfectantes.

La última 'hazaña' del Gobierno de Netanyahu -apoyado por la ultraderecha israelí- ha sido la matanza contra los cooperantes de una flotilla que llevaba ayuda humanitaria a Gaza. Una acción, en aguas internacionales, reprobada unánimemente por los gobiernos de todo el mundo, incluyendo a la UE, muy moderadamente por la ONU -que, una vez más, demuestra su inoperancia- y con demasiada tibieza por el presidente de EE UU, el principal aliado de Israel. Hasta el momento de escribir esta mirada no hay una condena firme y en toda regla, sino una postura 'prudente', seguramente con la mirada puesta en el 'lobby' judío de tanta importancia a la hora del voto.

Todo el mundo está de acuerdo en que Israel tiene derecho a tener seguridad en su Estado, pero también se espera 'sine die' el establecimiento de un Estado propio donde los palestinos puedan vivir en paz. Mientras esto no se consiga, la paz en Oriente Medio seguirá siendo una entequelia y la violencia, la injusticia y los crímenes proseguirán con la misma impunidad que lo han estado haciendo hasta ahora. ¿Ha cumplido Israel alguna resolución de la ONU, por ejemplo? Por eso, el único que hoy puede presionar al 'amigo' israelí -aparte de otras simbólicas condenas internacionales- es el Gobierno de Obama. Desde luego, con la política de tibieza demostrada hasta ahora, el sufrimiento de los ciudadanos de Gaza y de otros territorios palestinos seguirán incrementándose y las expectativas de paz en una de las zonas más castigadas del mundo se irán difuminando. Como se puede difuminar la imagen -¿interplanetaria?- de Obama, que muchos no desearíamos que pasara a la historia como Obama I, el tibio.

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