Granada cuenta con una magnífica tradición de danza. Recordemos las Zambras de los moriscos, las Zambras del Sacromonte de La Golondrina, La Canastera, Curro Albayzín, La Rocío; las figuras de Mario Maya (córdobes y granadino de adopción), Manolete, Mariquilla, Blanca Li, Eva la Yerbabuena, La Moneta, Tatiana Garrido, Lucía Guarnido, Juan Ándres Maya; sin olvidar la labor de la Escuela Municipal de Flamenco, dirigida por Antonio Vallejo, o el Conservatorio Profesional de Danza Reina Sofía de nuestra ciudad.

Dentro del Festival hemos podido disfrutar de la cordobesa Olga Pericet con su espectáculo Un cuerpo infinito, inspirado en La Capitana Carmen Amaya (Somorrostro, Barcelona, ca. 1918- Bagui, Gerona, 1963).

De Carmen Amaya el gran revolucionario del baile flamenco Vicente Escudero dijo: “La vida de Carmen ha sido pura leyenda y todo el mundo debería haberla visto bailar por lo menos una vez. Ha sido una bailaora única por su electricidad, por el genio y la rabia de sus figuras”. Baile de fuerza y de compás, de gran velocidad, intensidad y poder, una forma que rompió con lo anterior e inició la modernidad del baile flamenco.

Olga Pericet parte de una sólida formación en danza española, contemporánea y flamenco, de una experiencia acreditada como primera bailarina y bailaora de importantes compañías antes de formar la suya propia. Premio Nacional de Danza 2018, en su espectáculo luce bata de cola, pantalones, castañuelas, figuras contemporáneas, cante jondo, swing y jazz. El flamenco se renueva e hibrida con diversos lenguajes, siempre dentro de una gran calidad y poética.