La cruzada en el Ayuntamiento de Granada no sólo se centra en el hipotético 2+2 del sillón de la Plaza del Carmen, en el que se mueven comentarios por cualquier esquina del edificio. A menor escala, pero quizá ya de forma enconada, hay algún concejal indignado, y con razón, por la vuelta a los Plenos presenciales. No es una lucha baladí, especialmente cuando la argumenta por el peligro de los contagios por el Covid. Si luego pasa algo, a ver cómo se lo justifican.
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