La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Puritanos de 1853 y de hoy

Dickens denunció en 1853 el puritanismo de la cancelación y la corrección política que hoy altera y censura obras

Porque para muestra basta un botón, cumplo lo prometido ayer ofreciéndoles un fragmento de uno de los artículos de la magnífica antología de escritos periodísticos de Dickens –Pasiones públicas, emociones privadas (Gatopardo Ediciones)– que ayer recomendaba. Les aseguré diversión y sorpresa seguras al comprobar como el actual puritanismo de la cancelación y la corrección política es idéntico al victoriano. No quedarán defraudados.

Resulta que al gran dibujante e ilustrador de Oliver Twist George Cruikshank le dio por meterse en la Liga Nacional de la Temperancia, de la que llegó a ser vicepresidente, convirtiéndose en partidario radical de la prohibición del alcohol y el tabaco. Poseído por el espíritu puritano no solo se dedicó a crear dibujos moralistas, también a alterar textos de cuentos y novelas para adaptarlos a sus ideas. ¿Les suena? ¡Hasta aquí llegamos!, debió decirse su ex amigo, y le dedicó el extraordinario artículo Fraude en el mundo de las hadas que se recoge en esta antología. No se pierdan este fragmento:

“En un momento de grave ofuscación, nuestro estimado defensor de la moral ha decidido que Pulgarcito, Barba Azul, Blancanieves y otros miembros de la misma familia debían convertirse en vehículos propagadores de la Abstinencia Radical, el Libre Mercado, la Educación Popular y la Ley Seca. Y a tal efecto se ha dedicado a adulterar los cuentos de hadas, introduciendo en ellos estos y otros adoctrinamientos. Al señor Cruikshank no le asiste ningún derecho a retocar un texto ajeno… Poco importa que sus ideas sean buenas o malas… Imaginad una versión abstemia de Robinson Crusoe; en ella quedaría suprimida toda mención del ron. Imaginad ahora otra versión, esta vez pacifista, de la que quedarían excluidos los barriles de pólvora, pero sobrevivirían los de ron. O una edición vegetariana en la que habría desaparecido el asado de cabrito. Si se publicara una edición adaptada al estado de Kentucky, nuestro viejo y querido negro Viernes recibiría una tanda de azotes dos veces por semana. Pero en una versión propiciada por la sociedad protectora de los aborígenes desaparecería todo rastro de canibalismo y Robinson recibiría a los amables salvajes con los brazos abiertos. En suma, de seguir así, bastaría un siglo para que el propio Robinson fuera editado y excluido de la isla”.

¿A que les suena? Fue escrito en 1853. Podría haberse escrito hoy.

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