Parece ser que estamos cerca de un acuerdo para proceder a la reforma de aquella reforma laboral de 2012 que fue impulsada y aprobada unilateralmente por el Gobierno de Mariano Rajoy. Este posible acuerdo se basa en tres puntos: uno de ellos sería restablecer la ultraactividad (vigencia ilimitada) de los convenios colectivos, otro sería plantear de nuevo la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa y por último, la recuperación del subsidio para mayores 52 años.

Aunque en este momento el acuerdo citado no contaría con la aprobación de la CEOE pero si de los sindicatos, no dejaría de ser un cambio relevante para equilibrar la ligazón que empresarios y trabajadores deben tener en el ámbito de las relaciones laborales. La crisis económica ha entrado aparentemente en vías de superación y ello merece que se planteen decisiones que favorezcan a los trabajadores para recuperar parte de lo perdido en los años anteriores.

Un país es decente si trabaja en serio para hacer posible que los trabajadores puedan llegar a final de mes y puedan tener salarios justos con una relación laboral que huya de la precariedad y los abusos. A las propias empresas, (al menos a las que sean y aspiren a ser excelentes y competitivas), les interesa que sus trabajadores puedan tener espacios para el diálogo, el acuerdo y el equilibrio en las relaciones laborales.

Por eso es imprescindible avanzar en el necesario cambio de la reforma laboral de 2012 a pesar de que el Gobierno no tenga mayoría la parlamentaria suficiente para cambiar todos los aspectos negativos que caracterizan el actual marco normativo. De igual forma, cabe señalar que merece el aplauso de todos conseguir una mejora en la protección mediante subsidio a los mayores de 52 años. Es de esperar que la CEOE se sume finalmente a esta reforma.

Va a ser interesante comprobar el posicionamiento de todos los grupos parlamentarios cuando se proceda a la tramitación de la normativa que les envíe el Consejo de Ministros, al igual que pasará con la próxima aprobación del nuevo salario mínimo interprofesional. Es más que probable que se vuelva a demostrar que si se quiere, se puede.

Desgraciadamente, el ruido mediático que ensordece la actualidad política con asuntos como el conflicto territorial de Cataluña, condiciona que asuntos como esta reforma de la reforma laboral no cobren la dimensión y la trascendencia que realmente tienen ya que abordan decisiones concretas que pueden mejorar la vida de millones de personas gracias a la voluntad política de Gobierno que surgió de la moción de censura.

Para decisiones como estas, para desarrollar un plan de empleo juvenil, para la recuperación de la universalidad de la atención sanitaria o para actualizar las pensiones en base al IPC es para lo que merece la pena tener un Gobierno decente.

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