Mar adentro

Milena Rodríguez / Gutiérrez

Retorno voluntario

INMIGRANTES. Resistir o regresar", se titulaba un reportaje que aparecía el domingo en este periódico. Un reportaje que hablaba sobre el retorno voluntario, de carácter humanitario, de esas personas que llamamos inmigrantes (no me gusta la palabra, que me suena a otras como intrigantes, arrogantes, mugrientos, irritantes, denigrante). Según el reportaje, aumentan las peticiones de ayudas para este tipo de retornos y los inmigrantes empiezan a marcharse. Las ayudas son pequeñas, casi simbólicas: incluyen el billete de avión, 50 euros de bolsillo, 400 euros por adulto y 150 por cada niño inmigrante que se marcha. Asimismo, los destinatarios de estas ayudas no son todos los inmigrantes, sino sólo algunos de ellos: refugiados, solicitantes de asilo e inmigrantes ilegales. Destinatarios, sin duda, llamativos: ¿Alienta y estimula el Gobierno de España el regreso a su país de alguien que llegó a éste en busca de asilo? ¿Vuelven a su país (si así puede llamársele) por 400 euros, más 50 de bolsillo, los que vinieron aquí como refugiados?

Según el reportaje periodístico, parece que sí. La Organización Internacional para las Migraciones ha retornado durante este año a 1350 personas; Cruz Roja, a 827; y la Asociación Comisión Católica Española para la Migración, a 140. Y quedan aún 2500 en listas de espera. Parece que la crisis puede con todo. Porque entre los años 2003 y 2007 sólo 2037 inmigrantes retornaron a sus países de origen.

Los que se van, o quieren irse, lo hacen, según el reportaje, por razones personales, de desarraigo o económicas. Se van, sobre todo, latinoamericanos: bolivianos, ecuatorianos, argentinos, brasileños, uruguayos...

A estas ayudas para volver al mismo lugar de donde vinieron, con 400 euros y sin que luego nadie averigüe qué ha sido de esas personas después de llegar allí, le llaman en España "programa humanitario". Sin que se nos explique por qué. Supongo que porque sería políticamente incorrecto llamarlo programa "Aprovechemos las circunstancias de la crisis", o programa "Venga, este es el momento, vamos a salir por fin de los inmigrantes".

Hay retornos voluntarios que más parecen otra cosa. ¿Retornaríamos voluntariamente a este 2008 que se marcha, tan lleno de malas noticias? ¿Acaso lo haríamos si nos dieran 400 euros, más 50 de bolsillo y un pasaje sólo de ida? Por suerte, ya nos vamos todos, pronto, sin posibilidad de ofertas, de sobornos ni de cambios, al 2009. Así que Feliz Año Nuevo. Y no hagan caso a ningún supuesto programa humanitario que les ofrezca retornar, voluntariamente, al año viejo.

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